24 de septiembre de 2012

El dinero nunca duerme, pero yo sí.



Esta iba ser una la primera entrada tras la pausa que hice al blog, muy atípica a su tendencia inicial. Quedó durante mucho rato en el aire hasta darle forma. Se trata de una de las variadas actividades en las que empleo para ganarme la vida. Gestiono en mi comunidad fuera del Valle Central una empresa micro financiera que lleva unos pocos años. De momento no es tan remunerado como se quisiera aunque me ahorro los cansados viajes de bus de dos horas a San José, estancarme en las presas de 7am o 5pm en las principales arterias urbanas que suelen colapsar por huecos o platinas, entre lo mucho que se suele quejar o lamentar la gente en radio o Twitter.

El modelo de financiera en la que formo parte es el que desarrolló el economista y Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus en su país Bangladesh, durante los años setenta y ochenta mediante los llamados créditos solidarios del hoy Banco Grammen. Los cuales ayudaron mucho durante la época de hambruna  que asoló a ese país en esos años. Ese modelo de capitalismo solidario está fuera del que pregonan economistas sanguinarios como Milton Friedman y sus “Chicago Boys”, terminó exportándose con éxito al resto del mundo.  En Costa Rica está desde hace más de dos décadas, mediante una entidad semejante al Banco Grameen que asesora y financia a más de 100 empresas de crédito (EC) por todo el país dispersas sobre todo en áreas rurales. Entre esas la EC de mi comunidad.

El objetivo de la idea de créditos solidarios propuesta por Yunus es brindar de préstamos a sectores sociales que generalmente los bancos no se atreven a financiar por no considerarlos rentables. Empresas de crédito como la que formo parte brinda préstamos para gente de clase media baja (aunque no nos hacemos de rogar con prestarle alguno más adinerado), la cual busca crear su propio negocio que le genere dinero tanto para pagar su deuda como para vivir. Estas empresas de crédito son conformadas y administradas por sus socios, que es gente del mismo lugar los cuales mediante capital accionario buscan beneficiarse de la rentabilidad a la empresa.

Pronto cumpliré un año de estar involucrado en la micro-financiera de mi comunidad. Por la responsabilidad que conlleva administrar el dinero ajeno para que genere ganancias, me he estado familiarizando a temas relacionados con economía. Términos que uno suele oír en las noticias, el funcionamiento de las bolsas de valores y sobre todo la Crisis Económica del 2008 surgida a raíz de la Burbuja Inmobiliaria; que ha sido lo que más ha despertado curiosidad sobre todo en Europa y más concretamente en España.



El espejismo del ladrillo español.

He seguido desde hace un poco más de un año la actualidad española gracias al programa de TV de Jordi Évole, periodista catalán que ha conducido “Salvados”. Un programa que empezó de temática jocosa, que en su quinta temporada ha terminado por predominar el rigor periodístico. Gracias también a otras producciones televisivas ibéricas como las que realiza el canal de “La Sexta” (televisora de índole progre en España), me ha permitido entender el boom inmobiliario que dio prosperidad durante una década a los españoles y que ahora la consume en una crisis que ya va por el cuarto año desde que estalló en 2008.

Como resume el documental animado de Aleix Saló, el boom inmobiliario surgió en España por las políticas de recalificación de terreno impulsadas por el conservador José María Aznar hace un poco más de una década; donde luego el gobierno socialista de Zapatero les dio seguimiento. Fueron años que gracias a la industria de la construcción la tasa de desempleo bajó a un índice record. Un albañil llegaba a ganar hasta 2.200 euros al mes (1.430.000 colones) y muchos hacían fortuna especulando con el precio de la vivienda, a su vez que se endeudaban con bancos y cajas de ahorro que también se endeudaban con entidades internacionales (BCE, FMI, BM). Esta burbuja llegó a su límite y al estallar la industria de la construcción paró abruptamente.

Muchas de las faraónicas construcciones quedaron entonces abandonadas o incompletas por mala gestión, como el nuevo estadio de futbol del Valencia CF. Quebradas las empresas de la construcción el desempleo continuaba aumentando. A tal punto que la mitad de los parados en España son producto de esa industria, la cual difícilmente vuelva trabajar ahí. Lo peor es que muchos de esos parados mantienen deudas con los bancos y cajas de ahorros, que a su vez han sido intervenidas o fusionadas por perder liquidez al dar créditos de una forma descontrolada. Para revertir esta situación se han comenzado aplicar medidas de austeridad, que lejos de solucionar el problema han resultado impopulares porque amenazan el estado de bienestar. Lo mismo ha sucedido en países como Irlanda, Portugal y Grecia; que han probado el sabor amargo del rescate financiero siendo España el próximo en aplicarlo.

Aunque viva en un área rural a éste lado del Océano Atlántico, no me resulta indiferente lo que está pasando allá en Europa. Cuando menos se espere puede ocurrir aquí y entonces habrá que estar preparado. Nada es tan estable como parece. Un aleteo de mariposa desde la bolsa de Nueva York puede ocasionar un tsunami económico que arrastre con gran parte del resto del mundo.

Mira a toda esa gente, deambulan sin tener idea de lo que va a suceder

Con miras a esta entrada me he devorado tanto reportajes y películas como Wall Street (1987), su secuela y Margin Call (2010). Estas últimas si bien son historias de ficción parecen retratar bastante bien esos maquiavélicos entornos. En la película de Oliver Stone resalta el implacable corredor de bolsa Gordon Gekko (Michael Douglas), un depredador de cuello blanco con un particular discurso sobre la bondad de la codicia. La misma que infla burbujas y que pone la flechita hacia arriba en los gráficos que manejan los “traders” que inevitablemente terminar por bajar. Ocasionando que de la noche a la mañana empresas y entidades financieras pasen de los dividendos a la quiebra.


Fue una costumbre durante el crack financiero de 1929 que muchos accionistas que perdieron todo se tiraran desde lo alto de un edificio, por tener por delante nada más que deudas y quiebra moral. Hoy es igual en lugares como Grecia, el país de la Unión Europea más afectado por la crisis. Pasó del colorido de los juegos olímpicos del 2004 en Atenas al descalabro económico y social, que tiene a los griegos sometidos por las brutales políticas económicas desde Alemania por Angela Merkel y el Banco Central Europeo. Griegos como Dimitris Christoulas, jubilado farmacéutico al que le congelaron su pensión se suicidaría frente al parlamento griego cerca de la plaza Sintagma. Lamentablemente no es un caso aislado.

Este 14 de setiembre se cumplieron 18 años del cierre del Banco Anglo Costarricense, capitulo oscuro en la historia económica del país. Tenía ocho años cuando pasó, de esa época solo recuerdo que en las noticias únicamente eso se hablaba. Del par de hermanos a los que el Anglo les prestó muchos millones que nunca devolvieron. Mala gestión, politiqueo, etc. Dentro de lo que he leído me inclino un poco a este artículo de opinión que publicó El Financiero al cumplirse la primera década del cierre del anglo. Ya me corregirán quienes tengan de aquella época un recuerdo más vivido que el mío. En tanto hoy la banca estatal de momento se mantiene solvente a la apertura bancaria con los bancos que han llegado o se han fusionado. Va bien porque de haber pasado algo malo de momento aún no lo sabemos.

Cierre del Banco Anglo Costarricense, 14 de setiembre de 1994

Referencias y material relacionado.

España y Europa
Costa Rica
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No me fío mucho de las estadísticas de blogger, aún así me indican y lo compruebo por comentarios que este blog es leído por gente española. La verdad tengo mucha curiosidad de saber como viven su situación allá, si hay detalles  que no se hablan o se mal interpretan dentro de lo detallado acá. Sus comentarios serían buen complemento para esta entrada.

Gracias de antemano.