30 de mayo de 2010

Obituario: Dennis Hopper (1936 - 2010)

Trabajó con célebres cineastas del siglo pasado: Nicolas Ray, George Stevens, Francis Ford Coppola, Sam Peckinpah y David Lynch. De desapercibido secundario a personajes más principales en películas de culto como Rebeld Without Cause (1956), Apocalypse Now (1979) o Blue Velvet (1986). Dirigió y actuó en Easy Rider (1969), película que le daría nombre y marcaría época entre un considerable cambio generacional, tanto en la sociedad como el cine. Aún por prácticamente fracasar como director de películas y de tener una carrera irregular como actor (con sonados fracasos), Dennis Hopper brilló en películas de las que aún se hablan hoy. Muere ayer sábado (29-05-2010) luego de un padecemiento de cancer.

27 de mayo de 2010

Interiors (1978)

Durante los setentas Woody Allen fue creando comedias las cuales fueron evolucionando a medida que iba creando más cine. Eso se nota abismalmente desde Take the Money and Run (1969) a Annie Hall (1977). A pesar de abarcar las risas dentro de sus historias, Allen quería probarse a sí mismo dentro de los dramas existenciales de su cineasta favorito: Ingmar Bergman. Quien para esa década realizaba clásicos como Gritos y Susurros (1972), Cara a Cara (1976) o Sonata de Otoño (1978).

Interiors es una ruptura al tradicional cine humorístico de Allen, el cual iba muy arraigado a su figura actoral. Por esta razón solo se limitó a dirigir y a escribir el guión, en la que es una de sus mejores películas.

Entre las virtudes de este trabajo está su gran nivel en las actrices, que son los ejes de la película. Geraldine Page ganaría una postulación al Oscar por su papel de esposa atormentada por su separación matrimonial. A su lado se rodea un elenco de secundarias de la misma altura dramática: Diane Keaton (su última película con Allen hasta 1993), Kristin Griffith y Mary Beth Hurt, quien destaca del resto. Ellas interpretan a tres hermanas de una familia en crisis emocional. Hundidas en sus propios problemas, envidias y egoísmos.

Es una cinta rara dentro del estilo tradicional de Woody Allen. En ella se emplea mecanismos no muy frecuentes en sus películas: ambientes fríos y emocionalmente cerrados, uso poético de la imagen del flash back y sobre todo; a la predominancia de la imagen silenciosa entre el personaje y su entorno. La cual dice más que los personajes de otras películas de Allen, habladores con mandíbulas aceitadas.

Sin embargo, Allen tuvo la mala suerte de hacer cine en un país donde no es lo suficientemente capaz de comprender su nueva propuesta. El público norteamericano que esperaba una comedia, recibe a Interiores con toda frialdad e indiferencia. No es así en Europa, donde la película es aplaudida y bien recibida por un público que aún no había caído en la propaganda del blockbuster, pregonada por Steven Spielberg con Tiburón en 1975.

“Es curioso que mis películas sean mejor recibidas en Europa. Tal vez porque allá los subtítulos que ponen sean mejores.”
Woody Allen

Mucha de la frustración ocasionada por la recepción de su película en EE. UU. Allen la refleja en Stardust Memories (1980), donde mostraría los conflictos creativos entre realizador y productores ejecutivos. Años después Woody Allen intentaría volver a los ambientes de Interiors con September (1987) y Another Woman (1988). Las cuales (según la palabra de su propio director) serían los peores trabajos de su carrera.

Por ese miedo a la recepción tal vez Allen no volvería a ser tan experimental en los últimos tiempos, para buscar un camino más complaciente tanto con el público como los estudios que le financian sus películas. No obstante, queda Interiores como una propuesta diferente de un artista que no quería encasillarse. Su realizador puede jactarse hoy de haber hecho algo de gran calidad dramática en medio de tan buena comedia.

FICHA ARTÍSTICA

Nombre: Interiors (Interiores)
Año: 1978
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Actores: Geraldine Page, Diane Keaton, Mary Beth Hurt, Kristin Griffith, Richard Jordan, E. G. Marshall, Maureen Stapleton, Sam Waterston.
Países: EE. UU.
Idioma: Inglés.
Duración: 99 minutos.


24 de mayo de 2010

Frases célebres de Woody Allen

Complemento la entrada anterior con un repertorio de satíricas frases, las cuales ha escrito en sus numerosas películas:
  • "Amaos los unos sobre los otros."
  • "A las cuatro de la mañana nunca se sabe si es demasiado tarde o demasiado temprano."
  • "Arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero."
  • "Bígamo: Idiota al cuadrado."
  • "Cómo quieres que te olvide si cuando comienzo a olvidarte me olvido de olvidarte y comienzo a recordarte."
  • ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? ¿Hay posibilidad de tarifa de grupo?"
  • "Disfruta el día hasta que un imbécil te lo arruine."
  • "Dios es o bien cruel o bien incompetente."
  • "Echo de menos la época donde el aire era limpio y el sexo sucio".
  • "Dios ha muerto, Nietszche ha muerto y yo no gozo de buena salud."
  • "El eco siempre dice la última palabra."
  • "El sexo entre dos personas es una cosa hermosa; entre cinco es fantástico...."
  • "El sexo es como jugar al bridge. Si no tienes un buen compañero, más vale que tengas una buena mano."
  • "En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire acondicionado."
  • "Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar."
  • "¿Es sucio el sexo? Sólo cuando se hace bien."
  • "Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo."
  • "Fui el primero en descubrir la relación entre la excesiva masturbación y la afición a la política."
  • "Hay quienes estropean relojes para matar el tiempo."
  • "Hazlo bien y no mires con quien."
  • "La única manera de ser feliz es que te guste sufrir."
  • "Las canas ya no se respetan. Se tiñen."
  • "La vida está dividida entre lo horrible y lo miserable."
  • "Los intelectuales son como la Mafia. Sólo se matan entre ellos"
  • "Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida."
  • "No aspiro a alcanzar la inmortalidad a través de mi obra, sino simplemente no muriendo."
  • "No es que tenga miedo de morirme. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda."
  • "Para usted, yo soy ateo; para Dios, soy la Leal Oposición."
  • "¡Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa."
  • "Si los seres humanos tuviésemos dos cerebros, seguro que haríamos el doble de tonterías."
  • "Unos se casan por la Iglesia; otros, por idiotas."
  • "No creo en las relaciones extramatrimoniales. La gente debería aparearse para siempre como las palomas... o como los católicos."
  • "Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida."
  • "¿Cuál es el animal que después de muerto da muchas vueltas? El pollo asado."
  • "El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar se pierde el interés."
  • "Hay estudiantes que les apena ir al hipódromo y ver que hasta los caballos logran terminar su carrera."
  • "Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas."
  • "Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido."
  • "La marihuana causa amnesia y... otras cosas que no recuerdo."

21 de mayo de 2010

Los 10 Magníficos: Woody Allen

Voy de nuevo con el recuento que hace semanas lo tenía abandonado. Esta vez con un realizador al que critico tanto como le admiro. Así es, a pesar de que no pierdo ocasión en el blog para echarle en cara muchas cosas, sería de ignorantes menospreciar el talento e ingenio de este incomprendido realizador.

Woody Allen es figura popular que se ve y se le oye hablar en todos lados, incluso en una serie como Los Simpsons; que tampoco pierde chance para parodiarlo. Para entender quién es me dispuse el año pasado ver más de sus 40 años de filmografía. Donde es notable la capacidad de filmar prácticamente una película por año.

Comienzos

Allen Stewart Konigsberg (como se llama en realidad) nace en Brooklyn, Nueva York el 1 de diciembre de 1935. De niño era solitario e introvertido al que no le gustaba la escuela. Era bueno solo en redacción donde no perdía ocasión para mostrar su humor. Yo no quería ser Bogart, tampoco quería ser John Wayne. Yo sólo quería ser ese chico con gafas que nunca consigue a la chica, pero que es divertido y cae bien a todo el mundo. Así describe su infancia y adolescencia.

Se intentó titular Producción Cinematográfica en la Universidad de Nueva York, pero la incompatibilidad académica y los choques con sus profesores le mermaron el entusiasmo para titularse. He ahí una de sus frases famosas: A los universitarios les debe dar vergüenza ir al hipódromo, pues hasta los caballos terminan su carrera. Entonces Allen tuvo como escuela las salas de cine (donde veía hasta 14 películas semanales), los shows humorísticos stand-up en locales nocturnos y canales de TV. Donde escribía guiones y chistes humorísticos para después venderlos.

Al comienzo de los sesenta conoce a los que serían sus agentes y productores de toda una vida: Jack Rollins y Charles Joffe. Personas que catapultaría a Allen de dentro del medio cinematográfico. Así es como escribe y actúa para películas como Whats New Pussycat (1965) y Casino Royal (1967). Para 1969 dirigiría su primer éxito, Take the Money and Run (Toma el dinero y corre); película cómica que lo consolida para futuros trabajos.

La era Keaton

Es mi época favorita dentro de su filmografía. Pues además de carecer del marcado tono aristocrático de sus últimos trabajos, se nota en estos años que cada película que realizaba Allen era mejor que la anterior; la cual dejarían los trabajos más emblemáticos de su carrera. En estos años abarcan la participación de Diane Keaton, quien sería pareja de Allen dentro y fuera de cámaras. Antes realiza con Louise Lasser (su esposa hasta 1969) Bananas (1971), una parodia de los régimen autoritarios en Latinoamérica y en 1972 Everything You Always Wanted to Know About Sex* (*But Were Afraid to Ask), basada en un libro humorístico sobre los comportamientos psico-sexuales en las personas.

A partir de la película Sleeper (El Dormilón) en 1973, comenzaría la seguidilla trabajos de la mano de Diane Keaton. Quien en esos mismos años hacía de la esposa de Al Pacino en la saga de El Padrino, de Francis F. Copolla. Con cada película filmada, las tramas se vuelven más complejas y elaboradas; con un poco de drama, humor y aire intelectual. Exceptuando Interiors (1978), que fue la primera película que dirigió sin actuar.

Además de esas películas, en los setentas Woody Allen también haría Love & Death (1975) y las que serían sus trabajos más conocidos y premiados: Annie Hall (1977) y Manhattan (1979). Me atrevería agregar también a Stardust Memories (1980), primera película sin Diane Keaton la cual es una especie de semblanza artística de la carrera de Allen hasta entonces (influenciada en 8 y medio de Fellini).

La era Farrow

La primera película de Mia Farrow con Allen sería A Midsummer Night's Sex Comedy (1981). Al igual que Keaton, Farrow tendría relación con Woody Allen dentro y fuera de cámaras. Sin embargo, esta terminaría de forma conflictiva a principios de los noventas. Aún con algunas películas buenas, como Zelig (1983), The Rose Purple of Cairo (1985), Hannah and his Sisters (1986) o la anecdótica Radio Days (1987) esta etapa en la filmografía de Allen se vuelve irregular.

Son estos años que uno ve al personaje que interpreta Woody Allen reiterativo en su rol de judío ateo, neurótico e hipocondriaco en películas diferentes que dan la sensación de ser la misma. Sumado además al creciente aburguesamiento de sus personajes: parejas, familias o matrimonios de clase alta bastante inestables mentalmente. Quienes gastan dinerales en filantropías, restaurantes finos, clubes de tenis y sobre todo psiquiatras. Cambiando de pareja con la misma habitualidad con la que se cambia de ropa. Allen al parecer le avergüenza los poco refinados barrios donde robaba el torpe ladrón de Toma el dinero y corre.

Sin bajar la clase social, Allen hace con Alice (1990) un trabajo respetable que parece redimirse del aburguesamiento de sus personajes. En una aceptable película como lo fue Husbands and Wives (1992) una ficción que pasaría a la realidad, Allen terminaría su relación con Mia Farrow. Ella se enteraría de las infidelidades del cineasta con su hija adoptiva Soon-Yi. Como diría Allen la fidelidad solo se encuentra ahora en los equipos de sonido.

Los años de un marido divorciado

Hasta entonces Allen había mantenido en sus películas a la mujer en un perfil alto, quizá mitificado. Aun con los altibajos que le hacían pasar, siempre ha afirmado que son seres fascinantes que no le aburren y le obsesionan.

Pero esa imagen caería por los suelos en una de sus mejores y controvertidas películas: Deconstructing Harry (Desmontando a Harry) en 1997, donde nadie se salva de una indirecta. Alusiva a Fresas Salvajes (1957) de Ingmar Bergman, en una forma más satírica. Allen aprovecha cada minuto para desmitificar a las mujeres de su vida, a quienes las refleja como histéricas, celosas y posesivas. También le va al fundamentalismo judío, representado con el esposo de la hermana del personaje. Como en La Rosa Púrura del Cairo, ficción y realidad se mezclan entre el Woody Allen de carne y hueso junto con los personajes que crea. Punto a favor.

Sin embargo, son estos años cuando el aburguesamiento de las cintas de Allen crece irreversiblemente. Un ejemplo claro en Everyone Says I Love You (1996), donde a manera de musical (para colmo) se ve un Nueva York fantasioso y pedante de una familia seudo liberal de Park Avenue. Si soy objetivo esta película no es tan mala como otras, pero en mi salvaje opinión personal la considero como la peor cinta del neoyorquino. Es un mundo bastante ajeno a mío y al de muchos estoy seguro.

Estos años se caracterizan por no haber una actriz insigne, como lo fueron Diane Keaton y Mia Farrow. Pasan sin quedarse mucho Helena Bonham-Carter, Charlize Theron, Goldie Hawn, Hellen Hunt y Winona Ryder. Las siguientes películas de Allen pasarían bastante desapercibidas en el público. Es en esta etapa es cuando la imagen del intelectual seductor de los años setentas ya queda bastante alicaída. Se le nota un marcado envejecimiento, que pese en tener con la misma hiperactividad creativa para escribir; ya el medio visual trata de jubilarlo. El cine de Woody Allen es tedioso para la nueva audiencia del siglo XXI. Pero cuando parece tirar la toalla, una rubia le dará un último aire.

La era Johansson.

Match Point (2005) hace un cambio drástico dentro de las anteriores cintas de Allen. Se aleja de Nueva York para irse a los refinados suburbios londinenses. Aquí Scarlett Johansson le roba cámara a Jonathan Rhys-Davies en un triller atípico para Allen, el cual es recibido con aceptación por la nueva audiencia y deja perplejos a sus seguidores tradicionales.

Va de nuevo con Johansson con Scoop (2006), que es una película que no da la impresión de ser comedia; aunque tampoco de triller como Match Point. Intenta ir por ahí sin Johansson con Cassandra Dream (2007), con Ewan McGregor y Colin Farrell. Para el 2008 vuelve Johansson y un plantel de lujo con Vicky Cristina Barcelona, filmada en España donde aparecen también Rebeca Hall, Javier Bardem y una sobresaliente Penélope Cruz. En esta película Allen trata de mostrarse cosmopolita en su argumento, pero en realidad muestra una visión muy engañada de España (y por ende del mundo). Creo que un verdadero cineasta de mundo como Jim Jarmusch le daría una lección a Allen de verdadero cine multicultural.

Vuelve a Nueva York con Whatever Works en el 2009 y este año estrena una película en Cannes. Scarlett Johansson parece distanciársele por los blockbusters de temporada, por lo que para su siguiente trabajo recurrirá a la esposa del presidente de Francia para filmar Midnigth in Paris el próximo año. En la que seguramente será otra película de ambientes comunes y sobre todo… aristocráticos.


Constantes

Luego de ver prácticamente todas sus películas puedo afirmar que:
  • Tanto mujeres como hombres (incluso adolecentes), los personajes que crea Woody Allen para sus películas son escritores, críticos literarios, publicistas, profesores universitarios, actores de cine y teatro, diseñadoras de moda, músicos de jazz o exitosos oficinistas.
  • Esas personajes son tan inestables mentalmente, que siempre terminan recurriendo a un (o a una) psiquiatra. No es de extrañarse si más de una termina saliendo con el/la terapeuta.
  • No espere ver a afroamericanos o latinos ocupar protagonismo en las películas del cineasta. Woody Allen predomina al casting anglosajón para los brillantes personajes de su trama. A los demás lo relega como conserjes o prostitutas. Posiblemente alguien como Spike Lee no le debe tener mucho aprecio.
  • Antes que termine la película, el personaje que interpreta Woody Allen se habrá emparejado al menos con dos o tres mujeres.
  • Nunca se verá una película de Allen ambientada en África o en algún otro país del tercer mundo (a excepción quizá de Bananas).
  • Los refinados personajes de Woody Allen van siempre a divertirse al teatro para ver la ópera o una obra clásica. Jamás se dirigen a un vulgar concierto de rock o de Hip Hop. Si aparecen ahí al momento salen del lugar o la escena se corta.
  • Los alter egos de Allen son eruditos en literatura rusa como Chejov y Dostoievski. Además de ser asiduos cinéfilos de Ingmar Bergman y Groucho Marx.
También le critico…

El eterno presente de la filmografía de este director radica esencialmente en los años cuarentas. Por eso me retracto si dije acá que Clint Eastwood era convencional, pues no lo es tanto como Woddy Allen; quien olvidó como ser experimental y hoy más bien opta por el camino fácil. Cada vez que se ve alguna cinta reciente de Allen da la sensación de incompatibilidad con el presente, no evoluciona.

Otra cosa que le critico es de mantener la anticuada imagen del latin lover (hispano guapo y descerebrado), propia del Hollywood de hace 60 años. Esto se da en Vicky Cristina Barcelona, en donde si bien da una imagen más intelectual a Javier Bardem (interpreta a un pintor) se nota a primera vista el aire donjuanesco que le da. Como si dijera cójamonos primero y luego te pregunto cómo te llamas.

Como ya lo mencioné, está el marcado aire aristocrático que le da a sus personajes. No critico esto porque yo sea el estereotipado estudiante universitario, que pregona ideas socialistas con el mismo tono de un cura da el sermón dominical. Pienso como muchos que el espectador común no es alguien que le sobre la abundancia. Al ver esos ambientes frívolos y pedantes se aburre o le termina cayendo mal la película. El público para ese tipo de cine ya murió, o tal vez se arrima a Allen para darse apariencia de intelectuales y de esta manera ocultar (junto con joyas y ropa de boutique) su evidente estupidez.


…pero le aplaudo

Su humor pícaro y existencial. Allen escribe unos diálogos tan divertidos como inteligentes. Parodia y crítica el puritanismo respecto al sexo, además del fanatismo religioso arraigado a la estricta formación judía que lo llevo a convertirse en ateo. Se mofa tanto del antisemitismo como el ego histórico del judaísmo en creerse el pueblo elegido.

Por eso creo que Woody Allen es rebelde a su manera, como el anarquista aburguesado que es. Se da el lujo incluso de faltar incontables veces a las galas de los Oscar, aún cuando alguna de sus películas fueran premiadas. Es categórico en afirmar que su arte no es para competir, pues muchas veces esos certámenes radican en padrinazgos de gremios que en realidad no buscan premiar la capacidad creativa de un artista. Más bien darse un autobombo parecido a la aburrida gala de los Oscar de este año.

También le alabo su filosofía en las relaciones de pareja. Es la eterna constante de todas sus películas, aunque llegue a hilar muy fino en el tema y llega a exasperar. Allen describe al ser humano como un ser más complejo de lo que es. El cual puede dejarse llevar por sus impulsos o tener una relación armoniosa entre amigos y familia luego de una ruptura. Ingmar Bergman es aquí su cineasta de cabecera.

Otra cuestión de mérito es su alta hiperactividad creativa, que le ha permitido hacer considerable cantidad de películas, guiones y libros. Es un gran polifacético donde tiene la capacidad de actuar, escribir, dirigir e incluso ayudar con la composición musical. Toca regularmente en una banda de Jazz en un local nocturno en Nueva York, que le ha servido de pretexto para faltar a la entrega de los Oscar en todos los años que es invitado.

Pese a todas las cosas que le discrepo de su cine, pienso que Woody Allen es parte importante en la historia del mismo. No cualquiera espectador o crítico está a la altura para entender su drama y humor inteligente, porque el mundo artístico que inspira su obra (además de su vida) es basto y poco accesible para la mayoría. Un mundo artístico algo pasado de moda, pero el cual tiene elementos universales que nutren sus guiones escritos a máquina de escribir. Que aún hoy Allen sigue y seguirá escribiendo en plena era computacional. Hasta que parta finalmente de este mundo bailando alegremente con la muerte, como se ve en una final de una de sus películas.

"¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, y no olvidemos lo más importante: ¿habrá mujeres allí?"

16 de mayo de 2010

Grandes Actuaciones: Robert De Niro en Raging Bull (1980)


Sigo con la onda scorsesiana que inunda hace días a este blog, esta vez con una pincelada de una de sus mejores películas: Toro Salvaje (Raging Bull, 1980), caracterizada por una pulida ambientación de época y sobre todo, por la cantidad de palabrotas que se dicen. Robert De Niro, actor fetiche de Martin Scorsese interpreta a otro personaje igual de conflictivo e inestable que Travis Bickle: Jake La Motta, un boxeador que luego de su carrera se ganaría la vida como humorista en clubes nocturnos, contando chistes malos y recibiendo más abucheos que aplausos. Aunque hoy en día, la mayoría de las actuaciones de De Niro dejan mucho que desear (al igual de muchas de sus últimas películas), en ésta que fue su mejor época no deja indiferente a espectadores y crítica haciendo de La Motta. Se ve con esta escena que el actor sufre y toca fondo como su personaje.

11 de mayo de 2010

A modo de ensayo: Taxi Driver (1976)

Antes de leer esta entrada se recomienda:
  • En lo posible haber visto Taxi Driver. Se escribirá abiertamente de su contenido, spoilers y demás. Por eso, si es de los que no gustan saber la trama de la película sin haberla visto recomiendo dejar de leer ahora.
  • Abrir una pestaña o ventana aparte con este enlace. Es una canción del soundtrack de la película, que se puede ir oyendo mientras se lee la entrada.

Diario de un taxista (I)

Travis Bickle es un veterano de la guerra de Vietnam asediado por el insomnio. Entre buses, trenes y cines XXX termina pidiendo empleo como taxista. “Si voy andar deambulando, al menos que me pague por eso”, afirma. En su turno nocturno Travis (Robert DeNiro) tendrá desde la cabina de su taxi un punto privilegiado de observación, en primera línea de la vida nocturna de su ciudad.

Pero el New York de Travis es muy opuesto al New York de Isaac Davis (Manhattan, 1979), al de Gordon Gekko (Wall Street, 1987) o al Carrie Brandshaw (Sex & the City). En lugar de los suburbios intelectuales de Greenwich Village, la bursátil Wall Street o el glamoroso Park Avenue Travis se adentra por las salvajes y nauseabundas calles de Brooklyn, Queens o Harlem. Barrios marginales donde italianos, negros, latinos, chinos y demás etnia inmigrante sobrevive y balea por metros cuadrados de cemento.

Pordioseros, putas, drogadictos, pederastas y demás escoria urbana habitan ese New York de Travis. El mismo nos comparte su diario a voz en off; en el cual escribe con repudio a su entorno, la monotonía y el peligro que la envuelve. Travis es consciente que debe hacer (o haber) algo que lo saque de su letargo, el cual lo acompaña junto con a su diario, los desayunos fríos y la televisión.

Las musas de Travis

Esa razón que saca del letargo a nuestro personaje viene con vestido blanco. Se trata de Betsy (Cybill Shepherd), una activista a sueldo que trabaja en la camaña electoral del senador Palantine (Leonard Harris). Luego de días de observarla desde su taxi, Travis se arma de valor para hablarle; que derivará en una invitación a un café y al cine. Ante la aparente seguridad del taxista, Betsy siente curiosidad y sigue la conversación.

En un guión de Woody Allen, Travis llevaría a Betsy a la proyección de la más reciente película de Ingmar Bergman. O bien, a algún reestreno de una comedia de los Hermanos Marx. Pero el guionista acá es Paul Schrader, el cual según una nota visual del canal TCM gozaba de mal momento cuando escribió el guión: Una productora no quiso financiarle una película y su mujer le dejó. Terminó refugiándose en las calles y los cines porno. Ahí es justamente donde termina Travis llevando a Betsy, cosa que a ella (y seguramente a muchas mujeres) no les hará nada de gracia.

Paralelamente a Betsy, el “taxi driver” tendrá un par de breves encuentros con una joven prostituta; Iris (Jodie Foster). Llenará un poco la resaca emocional que dejó el fiasco con Betsy. Aunque para Travis, el sentimiento que le despierta a Iris no es el mismo que pasó con Betsy. Travis piensa y le hace ver a Iris el desperdicio de vida en las calles. Corrompiéndose día y noche, para que su proxeneta (Harvey Keitel) se gane la vida sin mayor esfuerzo. Iris entra en razón, a costa de la violencia y desequilibrio mental por el que pasa Travis.

¿Me hablas a mí?

El rechazo de Betsy deja más grande el hueco existencial de nuestro taxista. Luego de una particular conversación con un cliente (actuado por el propio Scorsese), quien es testigo vengativo de las infidelidades de su mujer. Travis iniciará su afición por las armas.

Los disparos serán su válvula de escape. De esta manera, junto con el reflejo de su espejo, planeará un atentado contra el senador Palantine. A pesar de haber viajado en el taxi de Travis, en donde él se mostrara simpático con el taxista, a Travis le cae pesado el discurso hipócrita del político. Porque fue gente como él que lo envió a Vietnam, a una guerra injusta que dejó huella emocional. Haciéndolo inadaptable a una sociedad enferma, que escupe y menosprecia su regreso.

Mismo sentimiento llegó a John Hinckley, Jr. Quién además de estar obsesionado por Jodie Foster, vio en Ronald Reagan al Palantine de Travis. Influenciado por Taxi Driver, Hinckley atentó contra Reagan. Pero como nuestro taxista, fracasaría en el intento.

Ante el fallo del plan, Travis enfoca su esfuerzo en rescatar a Iris del bajo mundo de la prostitución. Iris sienta cabeza luego del sangriento tiroteo que ocasiona Travis, que resulta gravemente herido. Encuentra en la balacera contra los mafiosos y proxenetas la redención que estaba buscando.

Luego de tan rápidos segundos de violencia, lo que menos se esperaría es otra voz en off leyendo una carta de agradecimiento de los padres de Iris a Travis. Al mismo tiempo en que el espectador va viendo encabezados y noticias, glorificando la matanza que protagonizó el taxista. Así es como gana un lugar en el mundo, el cual le da un gran aire de suficiencia que se permite hablar campante en su último encuentro con Betsy; dentro de su taxi.

En ese último encuentro, el rostro de Betsy reflejado en el retrovisor del taxi se muestra ansioso y dubitativo. Como si deseara dar una segunda oportunidad a Travis. Pero él no necesita de ella, por lo que la despide con la mayor de las frialdades. Debido no solo porque ella no contestara las llamadas que le hizo, o rechazara las flores que le mandó. Sino porque tiene plenitud, su vida tiene una maldita razón de existencia. Está en su taxi, con el que puede dialogar a través de su espejo retrovisor. Ese submarino amarillo por el que navega entre peligrosas calles y mundos suburbanos, en donde es actor principal de su propia existencia.

Diario de un taxista (II)

Más allá de su violencia y sus bajos mundos, Taxi Driver es una película maravillosa. Más trabajada y cuidada que su antecesora Mean Streets (Malas Calles, 1973). Crédito a un buen guión, grandes actuaciones y a un soundtrack de antología. Unas notas musicalizadas por un saxofón lleno de sentimiento y melancolía, como la soledad por la que pasa Travis. Una música que adorna un arcoíris de luces distorsionadas por la lluvia, que se ven en el parabrisas de un taxi emergente entre la niebla de las alcantarillas.

Taxi Driver es de las películas, que luego de verla uno se dice (al auto compararse con Travis): “ESE HIJOEPUTA SOY YO”.

Curiosidades (1)
  • En el guión original el personaje del proxeneta interpretado por Harvey Keitel era de raza negra. Dado que ya habían aparecido numerosos personajes antagonistas que también eran negros, se decidió que el proxeneta fuera blanco para no deteriorar la imagen de la población afroamericana.
  • La cresta o "mohawk" de Robert De Niro no es original, se le implantó una especie de "mascara" de plástico en el cráneo dejando salir cabello sólo en la parte de en medio de la cabeza.
  • Robert De Niro trabajó como taxista cuatro semanas antes de la filmación, con el fin de meterse de lleno en su papel.
  • Es la primera película en la que se introdujo un primer plano de un vaso de agua, cuando Travis dialoga con los otros taxistas del turno de noche en la cafetería.
  • En una de las escenas finales, Robert De Niro mantiene una conversación con Jodie Foster sentados en un bar. En un momento dado Jodie Foster se quita las gafas de sol que lleva puestas y las deja encima de la mesa. Cuando al poco rato se las vuelve a poner son unas gafas completamente distintas.
  • Hay dos intervenciones de Scorsese en el film: la primera y la más conocida, es la del cliente cornudo de Travis que amenaza con matar a su mujer con una magnum; la segunda es un breve cameo, en la primera aparición de Betsy le vemos sentado en un banco dirigiendo la mirada a la chica.
  • En la escena del cliente cornudo en el Taxi, aparecen cinco tomas que muestran el contador de tarifa del taxi. Cuando Travis baja la bandera y el contador reinicia su avance, la primera lectura que se ve es de 065, más adelante vuelve a verse 065 (es decir, no avanzó), más adelante hay un close up al contador y se ve 275, en la cuarta toma se puede leer 075 y en la quinta de nuevo 065.
  • En la última escena, donde Travis lleva a Betsy en su taxi, después de dejarla, al ir avanzando Travis voltea súbitamente a ver el espejo retrovisor por alguna razón desconocida.
  • En la canción The Badge, de Pantera, se pueden escuchar algunos fragmentos de la película (escena final del tiroteo) al inicio y al final.

FICHA ARTTÍSICA

Nombre: Taxi Driver
Año: 1976
Directora: Marin Scorsese
Guión: Paul Schrader
Actores: Robert DeNiro, Jodie Foster, Harvey Keitel, Cybill Shepherd, Leonard Harris y Peter Boyle.
Música: Bernand Hermann
País: EE. UU.
Idioma: inglés.
Duración: 113 minutos.


9 de mayo de 2010

Django (1966)

Voy a referirme un poco al Spaghetti Western. Desconocida comparada a los clásicos filmados por Sergio Leone, Django (1966) es tan emblemática dentro del género como lo es Il buono, il brutto, il cattivo (1966). Respecto al contenido y el mensaje de la película, la verdad no se sabe si hay que censurar la explícita y demente violencia de muchas de sus escenas (que calaron fondo en la influencia creativa, de un cinéfilo que se convirtió en cineasta llamado Quentin Tarantino), o bien facinarse por el misticismo que rodea a Django (Franco Nero). En esta película del también italiano Sergio Corbucci.

Esta cinta parece ambientarse en una especie de pueblo fantasma. Enlodado e inóspito, poblado por un cantinero dueño de un burdel: Punto de riñas y rivalidades entre gringos confederados y mexicanos rebeldes. Un enigmático ex soldado de la Unión, llamado Django, llegará ahí. Al igual que los personajes de Clint Eastwood, éste hablará más con sus disparos que por labios. Eso cuando se trate de enfrentar a matones y bravucones de turno.



Si hay algo que distingue (y se le critica) fuertemente al Spaghetti Western es en mostrar a muchos de sus personajes de manera grotesca. En Django no es la excepción, no importa de quién se trate. A los gringos sureños se notan con un marcado racismo, alusivo al Ku Kux Klan en sus rostros deformados por cicatrices. A los mexicanos a sí mismos los retratan como salvajes e incultos, aficionados a las parrandas, los mariachis y a las mujeres. Éstas son las más despreciadas del género, igual o peor que en las películas de mafiosos. Solo Django es el único que muestra algo de respeto por las mujeres en esta cinta.

El personaje de Django inquieta y facina desde el inicio de la película, donde se le ve a él arrastrado un ataud por enlodados caminos. No se despega mucho de él. ¿Quién o qué es lo que lleva adentro? ¿Qué lo mueve a arrastrar de forma penitente ese embarrialado ataud? La venganza dentro de los Spaghetti Westerns mueve muchos de los hilos emocionales. También lo es el amor, aunque quede muy enterrado muy profundo del alma de estos hombres; salpicados por la violencia en desiertos de pólvora y arena.

FICHA ARTÍSTICA

Nombre: Django
Año: 1966
Director: Sergio Corbucci
Guión: Sergio y Bruno Corbucci
Actores: Franco Nero, Angel Alvarez, Eduardo Fajardo, José Bódalo y Loredana Nusciak.
Música: Luis Enriquez Bacalov
Países: Italia y España.
Idioma: italiano, inglés y español.
Duración: 90 minutos.


5 de mayo de 2010

Escenas Memorables: ¿Me hablas a mi?


No hace falta mucho hilar muy fino sobre esta memorable escena. Un tributo a la improvisación actoral, por parte de un Robert De Niro que suelta un monólogo que resume el estado mental que ha llegado su personaje en la película Taxi Driver (1976). No de los que pueblan las aburguesadas películas de Woody Allen, sino de los se arrastran con pistola en mano por los sucios suburbios newyorkinos; donde creció un italo-americano realizador de cine llamado Martin Scorsese. Comentaría mucho de esta cinta ahora, pero mejor lo dejo para una entrada futura más detallada.