30 de diciembre de 2011

Yo no olvido al año viejo

Generalmente tanto críticos como blogs peliculeros a los que suelo ojear suelen hacer a esta altura del mes una especie de recuento de las mejores películas que vieron, llámense top 10 o lo que sea. Habitualmente se incluyen películas hechas o estrenadas en el presente año, pero yo que cada día pierdo respeto hacia todo me voy a saltar la norma. No soy muy purista en ver películas estrictamente en salas de proyección. Por mi ubicación geográfica no tengo el lujo de ir al cine con regularidad. Aún así no soy de ver películas como auto encargo según lo estipule la cartelera o los entendidos a sueldo, salvo aquellas que me despierten curiosidad por gente y enlaces que me encuentro en redes sociales. En el transcurso de esta semana he ido ennumerando lo destacado sin orden o calificación, parte de lo que me encontré en multicines, en DVD´s o torrents este 2011 a punto de terminar.


El Mismo Amor, la Misma Lluvia de Juan José Campanella (Argentina, 1999)
Unos amigos me la trajeron de Argentina Junto con el DVD de “El Secreto de tus Ojos”. Una historia romántica que abarca varios años entre la época de la dictadura de Videla hasta el presente de entonces. Ricardo Darín interpreta a un escritor que trabaja para una revista de actualidad el cual tiene varios encuentros con Laura (Soledad Villamil), una camarera ennoviada con alguien que nunca vemos. En cada encuentro promete una buena relación, aunque suele terminar deteriorándose. Así transcurre la película junto a un entrañable reparto secundario que tiene sus altos y bajos al igual que el escritor que interpreta Ricardo Darín.

Somewhere de Sofía Coppola (Estados Unidos, 2011)
Luego de la empalagada dulzona que dio su anterior película (María Antonieta), Sofia Coppola se redime con parte de su público con una cinta que no abandona su tendencia pero donde se encuentra más sinceridad. Vemos el día a día de un actor de blockbusters (Stephen Dorff), quien entre películas y parrandas también es un padre de domingo. Fuera de cámaras y focos resulta alguien común el cual como muchos busca placeres mundanos, aunque es su hija Cleo (Elle Fanning) quien de verdad brinda sentido a su existencia. Bostezo para los que se impresionan fácil. La cotidianidad no suele ser rentable salvo para minorías.

Inception de Christopher Nolan (Estados Unidos, 2010)
Este dandi inglés se ha taladrado bien en la industria con películas muy rentables comercialmente, pero que no pierden calidad artística y profundidad con el argumento. El ritmo tan vertiginoso con el que va la película hace que no haya aburrimiento en las casi dos horas y media que dura. En una guerra de espionaje corporativo un extractor de sueños exiliado por la justicia busca comprar su perdón, aceptando la difícil misión de implantar una idea en el inconsciente un joven empresario. Cobb (Leonardo Dicaprio) no lo tendrá fácil al tener presente la proyección de su fallecida esposa, la cual no perderá momento de sabotear sus misiones. Reparto de lujo que se presta para una película de acción que va más allá de pasar el rato.

Into the Wild de Sean Penn (Estados Unidos, 2007)
Sean Penn no suele pasar mucho rato trabajando detrás de cámaras, pero cuando lo hace no me deja indiferente, en especial a este servidor que se deja seducir por las películas de carretera. Dentro de la tendencia de las road movies podríamos consagrar a Into the Wild a la altura de clásicos como Easy Rider (1969). Con una historia verídica en la que un prometedor yuppie en potencia decide renunciar a su nombre y al materialismo hipócrita, para hacer camino por su propia cuenta saboreando las palabras de Jack London y Boris Pasternak entre otros. Deleite de paisajes que son los últimos vestigios de la Norteamérica rural que ya va desapareciendo y privatizando todo. Memorable también la música y las letras de las canciones de Eddie Vedder que se escuchan de fondo, que plasman la esencia y la sinceridad de esta película.

El Día de la Bestia de Alex de la Iglesia (España, 1995)
Hace más diez años durante mi oscurantista infancia marcada por la religión impuesta y sus prejuicios, veía un comercial donde anunciaban esta película. Visualizando estereotipados signos de satanismo cambié inmediatamente de canal. Jamás me imaginé que esa película un día me haría explotar de la risa con la rocambolesca misión de un cura en pos de evitar el nacimiento del anticristo. Sobra el humor negro y las situaciones insólitas por las que pasan unos personajes extravagantes como así los crea el bilbaíno Alex de la Iglesia. Espero hacer campo en la agenda para ver pronto “Balada Triste de Trompeta”.

Agua Fría de Mar de Paz Fábrega (Costa Rica, 2008)
Una niña y su familia veranean en la playa del parque Marino Ballena en el Pacífico Sur costarricense, aún verde e idílica de mega proyectos turísticos y demás pedos de cemento como los que proliferan en el soleado y seco Pacífico Norte guanacasteco. Paralela a la historia de la niña una muchacha vacaciona cerca de ahí, aunque lidia con el sutil distanciamiento de su novio quien tiene la mente enfocada en otras cosas. A segundas vistas reconozco que si se pasa de ambigua, pero igual defiendo ese estilo y tendencia que tienen algunos cineastas de hacer sus películas de manera que exija al espectador a divagar en el argumento. Que no solo este se limite a comer palomitas y película que le diga toda la historia o siga rígidos órdenes de estructuración.

Control de Anton Corbijn (Reino Unido, 2007)
Por películas suelo incursionar en nuevos gustos musicales, en este caso Control me llevó a Joy Division. Es la biografía en monocromo de su emblemático vocalista Ian Curtis, quien padeció epilepsia más de una vez en conciertos en vivo; además de reiteradas depresiones y bajos estados de ánimo a los cuales canalizó en la música. Esta película en particular busca con su ambiente a que el espectador perciba ese nihilismo tan existencial, que llenó las letras de las canciones de Joy División en los pocos años que tocaron juntos y que desde entonces sigue influyendo en la música y en vida en general.

El Infierno de Luis Estrada (México, 2010)
Quizá la película más descorazonadora que he visto en el año. Luego de criticar con humor la corrupción en La Ley de Herodes (1999), señalar las contradicciones del capitalismo salvaje con Un Mundo Maravilloso (2006) Luis Estrada se junta por tercera vez con Damián Alcázar para entrar en las violentas guerras transfronterizas del narcotráfico que asolan sin piedad entre los mexicanos. Un monstro de muchas cabezas al que cada día se hace más fuerte, gracias a la complicidad de gobiernos (corruptos hasta las entrañas) que ven muy rentable esta guerra de terror a pesar que digan que le están siendo frente. Una tragicomedia de un mexicano que vuelve a su país desde los EE.UU. luego de muchos años para ver su tierra peor antes. No le quedará más remedio que ser un matón más de los poderosos capos de la droga que son los que en realidad mueven los hilos de poder. Un retrato fiel de lo que pasa hoy en México mientras se esparce entre los territorios vecinos.

Caótica Ana de Julio Medem (España, 2007)
Ana (Manuela Vellez) vive con su padre en el más clásico estilo de las comunas hippies en una cueva cerca del mar. Una mecenas ve su notable talento con la pintura y la invita a vivir a Madrid en un instituto donde patrocina a jóvenes dotados artísticamente como ella. A medida que va conociendo gente en un frenesí emocional, un joven hipnotizador ve en Ana la reencarnación de jóvenes mujeres que murieron de forma violenta en diferentes épocas de la historia. Es una especie de fábula feminista ante la lucha de un pasado y presente con hombres de mentalidad patriarcal, los cuales son implacables ante cualquier signo de sublevación femenina. Aunque no es por lo que gira enteramente la película. Interesantes las referencias a la cultura y situación de los Saharauis en Marruecos por la que también gira la película y que gran parte del mundo desconoce.

Los Colores de la Montaña de Carlos Cesar Arbeláez (Panamá-Colombia, 2010)
Entrañable película que me recuerda un poco a la iraquí “Las Tortugas También Vuelan”, por girar alrededor de niños. Ambientada en la Colombia rural que se disputan la guerrilla y los paramilitares, en un enfrentamiento a fuego cruzado en la que la gente siempre queda de por medio. Ante la potencial amenaza de secuestros y escaramuzas, Manuel sueña con ser portero al que de momento se divierte con sus amigos con su pelota nueva. Hasta que esta cae en un campo minado al que no pueden entrar. El miedo cunde entre la población, la cual es obligada a desplazarse. Por lo que poco a poco se van yendo los amigos de Manuel, hasta que el mismo está en la misma situación. No duró ni una semana en los cines de mi país, ahí estará para los que no sientan pereza de per cintas sin caras conocidas y en su propio idioma.

Memorias del Subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea (Cuba, 1968)
Creo que a partir de esta película quizá tenga un poco de mejor apreciación al régimen castrista, pues no me imagino que algo tan contestatario al régimen se haya estrenado y sobrevivido para contar el cuento. Quién sabe, aunque faltas no faltaron para censurar una película que toca con sal a las llagas. Experimental y muy francesa en su estilo por el pleno apogeo de la Nouvelle Vague, se trata de un hombre de clase alta que a diferencia de sus aburguesados amigos y familiares que ven en ese entonces a Miami como su nueva tierra prometida; decide quedarse en la Cuba socialista como una especie de venganza personal contra la clase alta a la que pertenece. Aunque tampoco se ve calzar dentro del estilo de vida comunista que predicaba de Fidel Castro. Si alguien quiere entender lo que es el tercermundismo latinoamericano esta película lo explica, gracias a las contestatarias divagaciones de Sergio sobre un estilo de vida estancado y que no se supera con el pasar del tiempo; independientemente del gobernante o caudillo que mande en un país. En Memorias del Subdesarrollo nadie salva de alguna indirecta.

Zerkalo de Andrei Tarkovski (URSS, 1974)
La filmografía de este ucraniano ya es de por sí legendaria, pero esta película es de sus propuestas más experimentales tanto en argumento como en lo visual. Lienzos oníricos montados en celuloide de una historia compleja y existencial, que ante cualquier mínima distracción fácilmente se pierde el hilo del argumento. Tarkovski con El Espejo (su título en español) no se rige por las linealidades, para seguir en cambio una lógica visual propia de los sueños que tenemos en la noche como ya la había descrito en otra película visualmente sugestiva. Las tonalidades sepia, magenta, gris o color van marcando pauta en esta enigmática película de Andrei Tarkovski. Técnica también habitual en otras de sus buenas películas, aunque no tan arriesgadas como ésta.

Mr. Nobody de Jaco Van Dormael (Bélgica-Francia-Alemania-Canada, 2009)
Entre muchos entendidos tanto a sueldo como ad honorem no gustó tanto. Yo que cada vez me vuelvo más irracional al ver películas me supo bien y me tuvo la mente en vilo en todo el rato que duró y mucho después de digerir los créditos finales. Muy europea con un reparto de lujo por el cual muchos productores desearían para sus blockbusters. Vemos en más de las dos horas que dura las mil y una vidas de Nemo Nobody (Jaded Leto), en la cual pasa por giros vertiginosos aún por lo insignificantes que sean sus acciones o decisiones. Creo que a más de un espectador no le resultó indiferente este aspecto de la película con la vida personal de cada uno. La verdad yo me voy más por ahí que por desmenuzar esta película en tubos de ensayo.

These is England de Shane Meadows (Reino Unido, 2007)
Retrato fiel de la enferma y decadente sociedad británica de los años ochentas en los cuales predominaron las políticas impopulares de Margareth Tatcher, la guerra de las Malvinas y el movimiento Punk entre los jóvenes que transmutó gracias a esos problemas sociales en el violento hooliganismo. Reflejado tanto en estadios de futbol como en las calles, siendo las minorías étnicas y emigrantes lo que lo pasaron más mal. Vemos aquí a un chico desadaptado en la sociedad, cuyo padre murió en la guerra encontrar espacio en una alegre pandilla de punks; pero al aparecer en escena un xenofóbico hooligan salido de la cárcel las cosas van cambiando de cause. De la película salió una continuación a modo de miniserie titulada These is England 86, alusivo quizá al campeonato mundial de ese año. No la he visto, aunque he de imaginarme la cara de los furibundos personajes al ver al Maradona driblar del equipo inglés como conos de entrenamiento.

El Regreso de Hernán Jiménez (Costa Rica, 2011)
En estos últimos cinco años el cine de mi país ha venido despuntando en cantidad de películas realizadas. Si antes había que esperar años para saber de alguna, hoy se puede jactar de haber estrenado por lo menos cuatro este año. Pero es quizá está última película de Hernán Jiménez la que se tenga presente por mucho tiempo. Sorpresivamente financiada por el público, este no se vio defraudado por una historia palpable y honesta de un muchacho que regresa al país luego de varios años el cual encuentra el ambiente más caótico que cuando lo dejó. Quien quiera darse una imagen real de lo que es Costa Rica, sin caer en los estereotipos tercermundistas de las “Banana Republic” recomiendo esta película. Pues más que retratar a una sociedad va más en enfocar a la gente en sí con sus tristezas y alegrías. Sin mencionar al memorable personaje de César el Metalero, quien transmite alma y visceral sinceridad a esta película.

Rango de Gore Verbinsky (Estados Unidos, 2011)
Hace poco tiré pedradas a la industria animada de Disney y su engañada concepción de mundo. Tras ver este y otros animados ya hechos digitalmente, puedo afirmar que me siento optimista con el futuro de este tipo de películas. Más críticas, mejor argumentadas, divertidas incluso y sobre todo ya no se escuchan las cansinas cantaletas de lo felices que son todos. Rango es una lagartija que termina en un árido pueblo del oeste en el que viven aves, roedores y reptiles, en una visión muy crepuscular. El lugar está asolado por sequía que tiene en vilo a la población animal por la amenaza de la falta de agua, ante la impasibilidad de un corrupto alcalde. Inspirado en una figura alusiva a Clint Eastwood, Rango pasa de ser la pusilánime lagartija atolondrada al defensor que hace frente a los bandidos. En definitiva las películas animadas año con año se van superando.


Españistán de Aleix Saló (España, 2011)
Es un cortometraje animado el cual explica sin mucho aspaviento académico el cómo se ha dado la Crisis Inmobiliaria en España, la cual ha dejado sin empleo a más de 4 millones de personas. El nombre es alusivo al estereotipo de los países árabes en vías de desarrollo, cultura arraigada ibéricamente a pesar lo que digan los sectores más xenofóbicos de la península. El corto trata de dar explicación en seis minutos aproximadamente en cómo el gasto y el endeudamiento desmedido condenan de por vida a la persona que se enganchó tan fácilmente del espejismo de bonanza, sufriendo hoy el acoso de los desahucios.

The Tree of Life de Terrence Malick (Estados Unidos, 2011)
Hay gente que hace películas todos los años sin llegar a mostrar gran cosa. Terrence Malick en cambio no se anda de autobombos y demás alusiones mediáticas para realizar sin mucha prisa parte de las mejores películas que hayan hecho. Un trabajo visualmente perfecto que divaga en la existencia, el universo y en la religión que termina por ser un amigo imaginario más para la mayoría del mundo. Idea hueca e inerte en la que encomendamos toda nuestra fe sin recibir ninguna respuesta. La mejor película que he visto y no solo de este año.

Nostalgia de la Luz de Patricio Guzmán (Chile, 2011)
Documental que medita sobre el universo y la memoria histórica chilena. El desierto de Atacama es un lugar ideal para los astrónomos mediante un complejo de radios y telescopios que adentran su alcance entre la infinita oscuridad cósmica para el estudio de los cuerpos celestes. En la época de la dictadura de Pinochet también fue ideal aunque para desaparecer a la gente. Hoy mientras científicos de todo el mundo miran arriba para encontrar datos sobre el origen del universo, otros escarban las áridas tierras del desierto para encontrar a sus familiares desaparecidos. Se ve la gran paradoja que entre más reciente es la historia, más renuente es mirarla. Contrario a la milenaria edad de planetas y estrellas cuya luz llega a La Tierra aunque ya hayan dejado de existir.

Another Earth de Mike Cahill (Estados Unidos, 2011)
Una de las buenas y raras películas que salen al año y que no tienen mucha difusión, excepto para sitios o blogs con buen gusto para curiosear películas. Batallé endemoniadamente para encontrarla, tras estrenarse a principios del 2011 en Sundance. Trata de una prometedora joven en la que una noche de parranda por la celebración por su admisión al MIT como física, ocasiona un accidente con secuelas profundas para un prometedor músico. Eso cuando al mismo tiempo un extraño fenómeno espacial ocurre en el cual tanto La Tierra como La Luna se duplican. Al salir de la cárcel Rhoda (Britt Marling) trabaja como conserje y trata de enmendar su culpa. Ciencia ficción con sabor existencial como gusta a pocos que no se dejan embelesar por los efectos especiales.

Melancholia de Lars Von Trier (Dinamarca, 2011)
El egocéntrico y siempre enfermo de déficit atencional de Lars Von Trier tiene algo a su favor, en que a pesar de cagarla constantemente con lo que dice cuando estrena sus películas éstas le salvan parte del mandado. En su segundo intento de emular y superar a Andrei Tarkovski (al que esta vez no le vi dedicatoria en los créditos), nos da una película en la cual se centra en la figura de dos mujeres. Justine (Kirsten Dust) quien tras su fallido casamiento sufre de una depresión que viene arrastrando tiempo atrás y su hermana Claire (Charlotte Gainsburg) con su paranoia al misterioso planeta Melancholia que amenaza con cruzarse con la órbita terrestre. Fue un gran año para las películas con referencias al cosmos desde un punto de vista existencial. Melancholia al igual que El Árbol de la Vida, La Otra Tierra e incluso el documental de Nostalgia de la Luz coronan un 2011 que fue al infinito y más allá.

25 de diciembre de 2011

La vida no es una película de Disney



Así lo dice Joaquín Sabina y lo creo yo. No hace mucho me compartieron vía Facebook, entre noticias o videos musicales a los que uno usualmente da "Me Gusta", un extracto de un documental sobre los estereotipos y los valores que pregonan las películas clásicas de la franquicia Disney. Uno de niño jamás se imagina que una inofensiva película infantil sirva y forme parte de una inmensa maquinaria de propaganda, pero así lo han empleado los régimenes totalitarios de cualquier color político. Me quedo erizado con el mensaje inconciente que transmite "La Bella y la Bestia" como lo explican acá, ni qué decir de los estereotipos racistas y etnicos que eran comunes en los animados. Uno de chico creció con una imagen idealizada de Walt Disney como el hombrecillo sonriente que hacía dibujos animados por amor a los niños, aunque la otra historia que uno tarde o temprano se llega a enterar es que este hombrecillo de bigote profesaba amor al dinero y al Nazismo. Otra cuestión que no figura es que sus historias jamás salieron de su imaginación, sino del plagio a los cuentos europeos. Verdaderos relatos de terror adaptados para niños.

Este es un mes en el que los canales de TV transmiten las mil y una versiones de "Cuento de Navidad" y que se desempolvan de las videoteclas más de un clásico animado, donde todos los personajes brincan y cantan felices. De mi parte y aunque me tilden de Grinch hoy veo que la navidad es algo que sirve para mantener las apariencias con los familiares o conocidos, mientras se hace alarde del materialismo. No luce que alguien como yo en medio trópico ponga escarcha falsa para que adorne un árbol navideño de plástico. Resumo como lo comentó una amiga en ese enlace compartido.


"Llámenme alarmista o resentida pero yo jamás jugué con barbies y la única película de Disney que vi completa en mi infancia fue el rey León, aprendí a caminar con tacones a los 23 años, todavía no se maquillarme y no creo ser el monstruo o la bruja malvada de alguna de esas películas, pero sostengo firmemente que mientras una persona siga creyendo que el mayor regalo una nena es una barbie (entre más rubia, flaca y más rosada mejor), para un nene una pistola lanzadora de miles de balas, en que se debe tener paciencia porque dios proveerá, que algún día llegará el príncipe azul o la princesa modelo las cosas seguirán camino al carajo"

16 de diciembre de 2011

Excepciones a la regla

No hace mucho decidí repasar lo que me hacía falta ver por parte de Woody Allen. Me encontré títulos que no figuran como director aunque sí toma mucha parte sea actuando o escribiendo. He de recopilar algunas películas que rompen bastante con el reciente e incendiario decálogo publiqué no hace mucho:
Take the Money and Run (1969)
La película más (groucho) marxista que ha hecho. No se veían entonces grandes pretensiones intelectuales como se verían en futuros trabajos, pero divierte de sobra con un humor entendible para todos los públicos sin ser barato. De las pocas películas donde vemos a Woody Allen interpretando a esos entrañables perdedores que buscan sin mucho entusiasmo su lugar en el mundo, aquí interpretando a un ladronzuelo de poco rango y mala suerte. Suele ser menospreciada por la mayoría incluso por su propio realizador, pero yo la tengo en una especie de altar. La tengo muy por encima de otras cintas que se creen más de lo que son.

Play Again Sam (1972)
Generalmente si uno se suelta llorar en una película es cuando termina, pero aquí me pasó lo contrario. “Sueños de un Seductor” es basada en una obra teatral de Allen, el cual solo se limitó en esta película a escribir el guión y actuar. Es una especie de remembranza a Casablanca, donde Woody Allen interpreta a un torpe personaje el cual aprende a ligar por un Humphrey Bogart alucinado. Como me reí con ese personaje, desde Napoleón Dinamite nunca había visto a alguien tan deprimente y entrañable en una película. Conmueve en su comienzo donde se evoca a los minutos finales de Casablanca, donde el nostálgico personaje de Allen despierta luego de ese sueño que es la película. Ver primero Casablanca antes que esta cinta para entenderla y saborearla.

The Front (1976)
Hay cosas raras en el mundo: un político honesto, un judío pobre y Woody Allen tomando parte en una película de crítica social. En este caso este actor interpreta a alguien quien sirve como tapadera a los escritores y artistas del medio perseguidos por ser comunistas en la Era del Macarthismo. Woody Allen es un dependiente y corredor de apuestas sin convicciones políticas, el cual se va enredando e involucrando con los problemas relacionados a la Caza de Brujas que sufrieron muchos creativos del medio norteamericano; algunos de los cuales son sus amistades dentro de la historia de la película.
En esta película es destacado mencionar la participación de Zero Mostel, quien años antes sufrió en carne propia la persecución a la que fue sometido al testificar ante el infame Comité de Actividades Antiestadounidenses. Si he de ser sincero esta película me quita mucha de la imagen negativa de Woody Allen sobre estos temas, a los cuales pensé que ignoraba por completo.

Broadway Danny Rose (1982)
Sin alejarse de los círculos artísticos, esta vez Woody Allen se enfoca en interpretar a otro de los entrañables perdedores como Danny Rose, un atolondrado representante de figuras artísticas de poca demanda o en decadencia. Echado de lado cuando alguna de sus estrellas repunta y busca a otros que lancen a mejores escenarios. No hay final feliz, salvo por una buena sensación que evita la amargura completa de Danny Rose.

Small Time Crooks (2000)
En la época menos favorita en cuanto a este realizador se refiere, sale una película que si bien no abandona los lujos; hace una buena crítica de las clases altas cuando el ladrón ya envejecido de “Toma el dinero y corre” quiere hacer un último golpe del cual necesita del patrocinio de su esposa; quien es renuente al principio en tomar parte en un negocio de galletas que sirve como tapadera al atraco al banco. El negocio de las galletas resulta exitoso, lo que les da fortuna a los ladrones convirtiéndolos en nuevos ricos. Por la vía mala entenderán que tener lujos y rodearse con gente culta o adinerada no lo es todo en la vida.
Me hace gracia que en esta película Woody Allen interpreta quizá a su personaje más inculto, a quien su repentina riqueza no lo termina por seducir a diferencia de su esposa. Me resulta verlo comiendo comida chatarra mientras ve TV, o bien ir a un juego de beisbol en lugar de ir a la opera.

12 de diciembre de 2011

10 pasos para ser un cineasta como Woody Allen



  1. Escribirás en lo posible la misma historia sobre un tipo escuálido, citadino e hipocondriaco el cual tiene que ligar por lo menos tres veces en la película. Para eso es importante un continuo cambio de parejas con los personajes secundarios. El personaje principal además debe ser un intelectual, erudito en literatura rusa, inestable emocionalmente y un amante del cine de Bergman o Fellini.
  2. A partir de ahí los personajes que giren con el protagonista (tu alter ego) deberán de ser también igual de inestables, recurriendo constantemente a los psiquiatras y a la sobre medicación. Citadinos que se vean pusilánimes en el mundo rural. Serán en lo posible escritores, pintores, músicos de jazz, publicistas, fotógrafos, académicos, críticos de arte y demás áreas que se relacione con lo intelectual o creativo. Difícilmente todos vayan a pertenecer a esos círculos bohemios, por lo que también recurrirás a personajes de clase alta: viejos magnates y ejecutivos de mente ultra conservadora, tan McCarthistas como las frívolas mujeres con las que se casan y emborrachan con champan. Vale también alguno que otro yuppie que sirva de mecenas para alguna mente artística de la que trate tu película. No es importante enfocarse en la existencia de seres comunes de la clase media baja como son los inmigrantes y demás minorías étnicas, que viven explotados por un sistema que los trata como esclavos; mientras tratan de sobrellevar sus problemas sin tener tiempo para caprichillos existenciales o depresiones superfluas cuando están sobre el diván.
  3. En tus guiones los personajes estarán constantemente hablando, aunque lo hagan por el simple hecho de hablar. Nada de largos silencios o de complejas elipsis narrativas. Lo que escribas se habla, aún si esto llega a exasperar al espectador.
  4. Filmarás siempre en áreas urbanas, en lo posible en lujosas locaciones de tu ciudad. Europa es ideal pues es un sitio ideal para tus cultos y aburguesados personajes. Armarás un guión a base de la guía turística de la ciudad a donde vayas. Te sugerirá evocadoras locaciones ideales para encuentros y desencuentros románticos y cultos, aunque resulten algo clichés. Londres ofrece lujosos barrios donde lo multicultural queda por fuera. Barcelona te mostrará su dócil y arraigado españolismo que ha caracterizado al pueblo catalán durante monarquías y dictaduras. En Roma evocarás a Fellini… y siempre nos quedará París, la que para ti será tu segunda casa con un apartamento con vista a la Torre Eiffel; al alcance de los museos-palacios donde vivían los despreocupados nobles franceses hasta que la plebe indignada los decapitara. Nada de ir a filmar a países del tercer mundo, pues no tienen bastantes locaciones glamorosas para rodar tus historias. En esas Bananas Republic deberás sobornar al caudillo de turno para que te dé vía libre como no pagar las cargas sociales de los trabajadores que contrates. Por eso y mucho más no es muy viable ir a esos distantes rincones geográficos.
  5. Sé un nostálgico a toda regla, pues el tiempo pasado siempre fue mejor. Sobre todo los despampanantes años veintes donde todo era abundancia y algarabía, hasta aquel martes negro de 1929 que bajó a todos los riquillos de la nube. El presente jamás será demasiado bueno, tanto por los frívolos añoran las décadas de despreocupación y prosperidad; como los contestatarios y anti sistemas que añoran vivir un Mayo del 68. Aún cuando este 2011 suelen ignorar a la Primavera Árabe, los indignados españoles del 15-M, el Movimiento Ocupa en Wall Street o la Movilización Estudiantil en Chile que lleva ya siete meses.
  6. A esto último va el siguiente paso: Enfócate 100% en ti mismo, que no salga de ti ni un mínimo rasgo de conciencia social. Va ha ser importante a la hora de dar carácter a los pedantes personajes que saldrán de las líneas de tu laptop o máquina de escribir. Tan absortos en su materialismo y en la vacía existencia de sus lujosos apartamentos de Park Avenue, como para echar si quiera una mirada al poco glamoroso gueto de Harlem.
  7. Siempre mantén el mismo estilo a la hora de montar tus películas. No importa que en pleno siglo XXI pongas todos los créditos al comienzo de la película como se hacía hace 40 años: la pantalla en negro con letras blancas y el arcaico jazz que tanta nostalgia te despierta. Un minuto y medio que puede despertar impaciencia y bostezos al cinéfilo que pagó su entrada o bien descargó vía torrent la película antes que se estrenara en su país.
  8. Ten una actriz fetiche, para que te la ligues dentro y fuera de cámaras. Si ésta se aburre de ti recurre a otras que a la vez irán marcando pauta en tu carrera cinematográfica. Si alguna de ellas le dé por la filantrópica actividad de adoptar niños o niñas del tercer mundo, cuando éstos tengan la mayoría de edad podrás meterle los cuernos con alguna de sus hijas adoptivas. Aún con el riesgo de que tu mujer sea amiga de un cantante mafioso y éste te amenace con romperte las piernas.
  9. Cuando tu carrera como cineasta comience a tambalear un poco por el peso de tus años y ya las actrices no quieran ligarte, aférrate a tu época dorada para que alguna figura mediática del momento (no importa que no haya actuado jamás) despierte curiosidad en ti y quiera participar en tu siguiente película. Con suerte sea la guapa esposa del presidente de un país de primer mundo, el cual te dé vía libre para todo siendo ojalá en la ciudad de tus sueños mojados.
  10. Por más necesidad creativa que te despierte por nada del mundo hagas algo experimental con tus películas, pues amenaza con romper el estilo por el que tanto te han alabado. Con el tiempo encontrarás nuevas generaciones de críticos o seudo-intelectuales que no pararán de adularte por algún trabajo tuyo que consideres una mierda. Entre más trasgresor que seas contigo mismo más mal hablarán de ti, mientras más ordinario seas al final de los días como realizador más te querrán. Sean los actores que buscan tener una película tuya en tu currículum o algún festival europeo que desea abrir su muestra con una cinta tuya fuera de concurso. Así como tu primera década de carrera ésta deberá terminar igual.

4 de diciembre de 2011

The Works



Así como uno se encuentra video-homenajes en youtube hechos a brocha gorda, rara vez se encuentran algunos que si valen la pena ver. Además de Malick se pueden encontrar de Quentin Tarantino, Stanley Kubrick, Sam Mendes, los hermanos Coen, Paul Thomas Anderson o Darren Aronosfky. Estos montajes son hechos por el editor Joel Walden, quien se dedica al parecer a montar los trailers de películas. En este perfil se pueden encontrar estos y otros trabajos de él y en este otro otros montajes para gente como Danny Boyle, Christopher Nolan, Sofia Coppola, entre varios otros. Unas joyas, aunque jamás por encima de las películas.

21 de noviembre de 2011

Arriagado



Soy chilango. Nacido en el 58. Piscis, del trece de marzo. Soy hijo de Carlos y Amelia; esposo de Maru; padre de Santiago y Mariana; hermano de Patricia, Carlos y Jorge; tío de Alan y hermano de esos otros hermanos que son los amigos. No fumo no bebo. Soy abstemio desde niño. Detesto a los que dicen: “Desconfío de los que no beben alcohol”. Detesto también a la gente pusilánime, admiro a los intensos, a los que van con todo, a los que no se detienen ante nada, los hombres y mujeres que dejan pedazos de piel donde caminan. Carezco de olfato y me quedé calvo. De chavo era muy malo para la madriza (por eso precisamente no tengo olfato), pero luego me compuse y aprendí a meter las manos. Intenté ser boxeador de peso semicompleto y futbolista profesional. No lo logré. Pude ser un buen basquetbolista, pero me ganó la desidia y terminé como jugador de cascaritas de apuesta. Crecí en la colonia Unidad Modelo, Delegación Ixtapalapa, en México D.F. Mido 1,88 y peso 90 kilos.
Soy cazador. Como dice Miguel Delibes: “un cazador que escribe”. La cacería es uno de los últimos y más profundos ritos a los cuales puede acceder un ser humano. Nos enfrenta a las contradicciones más terribles: muerte-vida, belleza-crueldad. Otorga un sentido de identidad: entre el lodo, la sangre, el viento, la lluvia, el sol, descubrimos que pertenecemos ferozmente a la naturaleza. De ella han surgido todas mis historias. La literatura también es uno de nuestros últimos ritos. Contando historias los seres humanos podemos celebrar los hondos dolores de la vida. Por eso se siguen escribiendo novelas, cuentos y guiones. Por eso escribo yo. Las influencias en mi obra son la calle y el monte. Siempre, más que otros libros. La vida misma, con crudeza y su dulzura, con sus desgarros y sus festejos. Mis autores favoritos son aquellos que beben de lo humano. Como decía Saint Beauve: “Prefiero los libros lo más posible hombres y lo menos posible libros”.
Soy autor de: Escuadrón Guillotina (1991), Un dulce olor a muerte (1994) y El búfalo de la noche (1999) y un libro de cuentos, Retorno 201 (2003). Mi obra está traducida al inglés, alemán, griego, checo hebreo, holandés, portugués, italiano y francés. No hay mayor privilegio para mí que ser leído en otro país. Soy también autor de Amores perros (2000), 21 gramos (2001) y Babel (2006) y Los tres entierros de Melquiades Estrada (2005) dirigida por Tommy Lee Jones. Por esta obra gané la Palma de Oro al mejor guión en el Festival internacional de Cine de Cannes en el 2005.
Tomado de las solapas de los libros de Guillermo Arriaga.

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5 de noviembre de 2011

Una road movie por la ruta jacobea



Como suele pasar siendo novato en cuanto a gusto literario inicial, cuando comenzamos a consumir bets-seller El Peregrino de Paulo Coelho generalmente es de las primeras opciones. Dejando de lado el discursillo de autoayuda que el autor busca vendernos, llama la atención una tradición religiosa que va más hacia la aventura que sobrevive con el paso de los siglos. No se cuestiona la vocación cristiana-católica de España, arraigada por defecto en sus colonias latinoamericanas derivando en costumbres y mentalidades oscurantistas. Sin embargo, hoy el Camino de Santiago no parece ser algo exclusivo de fanáticos religiosos que caminan penitentes a la tumba del apóstol.
The Way (El Camino, 2010) es protagonizada por Martin Sheen. Este veterano actor de raíces gallegas e irlandesas se pone a la orden de su hijo Emilio Estevez; director, guionista y actor del proyecto para mostrar el drama de un padre que se entera de la muerte de su hijo el cual iba a empezar una travesía hacia Santiago de Compostela. Renuente en el principio, decide comenzar la caminata que dejó inconclusa su hijo Daniel (interpretado también por Emilio Estevez) en Jean Pie-de-Port en la frontera con Francia. Irá pasando por rústicos y ancestrales pueblos a lo largo del norte de España. Con las dificultades que suele dar cualquier andanza Sheen se irá encontrando con gente de diversas geografías, que sin embargo no peregrinan por razones estrictamente religiosas.
Si hay algo que rescato a esta cinta es no pegarse a una sola visión religiosa, porque el argumento se prestaba dar gastados sermones de iglesia. Se va en cambio a cosas más personales e incluso mundanas. Pues más que una romería que se haga por tradición, quizá su auge va entre un viaje existencial o al simple deseo aventurero. Esto hace que hoy el Camino de Santiago no le sea excluyente al mundo, cada vez más escéptico y secular. Ni siquiera excluir como pasa en la historia si los nuevos peregrinos fumen marihuana, busquen placeres carnales en las posadas, traten de bajar de peso o bien intenten salir de un bloqueo creativo. Tanto espectadores como personajes, no dejamos de asombrarnos por los evocadores entornos y la inmensa riqueza cultural de la también llamada Ruta Jacobea.
Tengo entendido que The Way se estrenó hace ya casi un año en España. Soy muy optimista sí creo que se vaya a exhibir en países como Costa Rica. De todas maneras no la excluyo de los videoclubes y al Internet. Buena recomendación para quitar malos sabores de boca como Vicky Cristina Barcelona y la gastada imagen ibérica que da, en gran parte gracias a la vomitiva visión de mundo de Woody Allen. El cual se limita a ambientar sus pedantes historias con lo que dice la publicidad turística. The Way en ese punto le gana por goleada por mostrar un relato más honesto con sus personajes, la gente y el entorno que pueblan el trayecto a Santiago de Compostela.