27 de febrero de 2011

Laberintos oníricos

Cuando era más pequeño, recuerdo haber tenido sueños muy vívidos en los que podía hacer de todo. Como volar o crear pequeñas cosas. A no ser que me despertaran, era capaz de hacerlo por mí mismo dentro del sueño. Me acuerdo que siempre buscaba lanzarme de un precipicio o buscar un puente. No tenía idea de lo que era. Hoy sé que llaman los sueños lúcidos: sueños en los que tenemos noción de soñar (valga la redundancia).

Al crecer nuestra mente de niños se va corrompiendo y perdiendo su capacidad. Hablo por mí, compartiendo culpa por dejarme absorber en otros tiempos por la tele-basura, los videojuegos, el internet ocioso o la rutina. Al desperdiciar nuestras neuronas no tenemos idea del potencial que estamos perdiendo, al que solo nos basta con dormir para desarrollarlo y disfrutarlo. Mi curiosidad por el tema resurgió luego de ver la última película de Christopher Nolan. Aún cuando éste recurre a la acción para generar audiencia en un tema en podría haber sido más pausado y metafórico, creo de todas maneras que es una gran película por hacer un buen balance de todos esos elementos cinematográficos. Los detalles de producción están bien cuidados, sin que la historia se dibuje a brocha gorda.

Inception (2010) parece una película de guerra corporativa, peleada por soldados de cuello blanco que se adentran en el inconsciente de magnates para robar sus secretos empresariales. Pero el conflicto personal de Dom Cobb (Leonardo Dicaprio) un extractor de sueños acechado por el fantasma de su mujer, es el tema principal de la película. Creando sueños dentro de los mismos sueños, Cobb reúne a un equipo experto en temas oníricos para emprender una última misión que le permita repatriarse y así reunirse con sus hijos.

Cobb y su equipo no la tendrán fácil para inducir un origen en la mente de Robert Fischer (Cilliam Murphy). Éste joven magnate tiene un inconsciente entrenado y armado para enfrentar a cualquier invasor que se sueñe. El espectro de la esposa de Cobb hará lo que pueda para sabotear la misión. Pero el verdadero peligro está en morir dentro del sueño, pues en lugar de despertar se caerá a un limbo que dure años paralelos al tiempo real. Debido al potente sedante usado para tener los sueños compartidos. Antes Cobb y su esposa (Marion Cotillard) ya estuvieron ahí. Donde fueron capaces de diseñar una ciudad que fuera su utopía onírica.

No niego como mencioné atrás, que esta película aumentó mi interés por el tema. Pues como lo admite la arquitecta Ariadne (Ellen Page), cuando soñamos podemos tener una infinita capacidad creativa. Cuestión en que nos vemos algo limitados cuando estamos despiertos. Sin embargo nada es gratuito porque en todo sueño siempre puede haber pesadillas. No necesariamente de monstros o sustos, sino en ser perseguidos indefinidamente a través de los laberintos infinitos que son las escaleras de Penrose.

25 de febrero de 2011

Acto III: Solos afuera o en casa

Si tuviera que pensar mal de Sofia Coppola, podría afirmar que fue una joven que no sufrió en hacerse un campo en el cine a diferencia de una mayoría de aspirantes cineastas; que carecen de un padrinazgo que les amparen en su proyecto de vida. Serruchos van, serruchos vienen. Pero no es la intención pegar el grito al cielo si nuestra vida ha sido más difícil que la de otros, como para recriminarlos cobárdemente de nuestros problemas. Si bien en los guiones de Coppola hija no se ambientan en los bajos y salvajes mundos de los que escribe Guillermo Arriaga, creo que por un lado (quizá indirectamente) hace ver que por más bienes o comodidad que tenga una persona no serán suficientes para llenar los vacíos emocionales.

Heredar un apellido célebre puede ir entre el oportunismo o seguir engrandeciendo el nombre. Aunque para algunos también es maldición. Sofia Coppola pudo optar en el camino de las Paris Hilton, en aparentar fama ante la carencia de talento. No obstante, parece que no es de ese mundo y más bien camina en un perfil bajo. Es posible que las tempranas pedradas que recibió en su participación en El Padrino III le permitieran ver que podría desenvolverse mejor detrás de cámaras.

Decide parodiar ese mundo de chicas plásticas en Lost in Traslation (2003), cuando Giovanni Ribisi y Scarlett Johansson (véanse como Spike Jonze y Sofia Coppola) se topan a Anna Faris; quien interpreta a una actriz rubia e idiota quien está promocionando una película de acción. Como lo mencioné un tiempo atrás, el personaje de Faris es una clara semblanza a Cameron Diaz. Quien estuvo coqueteando con Jonze en Being John Malcovich (1999), que mientras andaba haciendo videos musicales para bandas de rock, Sofia pasaba a un segundo plano igual como se ve a Scarlett Johansson en ese lujoso hotel en Tokio.

Tras el bodrio dulzón de Marie Antoinette (2006), Coppola vuelve a ser ella con una película más austera en producción pero rica en toque personal. Acá es donde más de la mitad de la sala se va o se duerme, si son de los que solo buscan pasar el rato comiendo palomitas. Como entre leer a Julio Cortazar o el Código Da Vinci, escuchar entre el pinkfloydniano Dark Side of the Moon o el último bombazo de los Jonas Brothers en MTV. Analogías van, analogías vienen. El caso es que sin salirnos del tema, en Somewhere (2010) nos encontramos a una estrella de cine (Stephen Dorff) que fuera de cámaras no es muy distinto a la mayoría de nosotros. Un caótico fiestero (no al extremo de Charlie Sheen), quien busca evasión en los autos de carreras o con las bailarinas nudistas. Este padre de domingo comienza a llenar su vacío emocional al estrechar lazos con su hija (Elle Fanning). Primero de forma casual y luego de una manera más sincera. Una complementación humana en donde ninguno de los dos puede vivir solo.

Sin dramas innecesarios y diálogos que lo único que harían serían estropear el mensaje dicho por los silencios, Somewhere es una película que me atrevería a hermanar con Lost in Traslation. Nos es más optimista en su final, pero sin estropearse con escapismos obvios. Recuperada de su traspié con Maria Antonieta, Sofia Coppola parece enrielarse firme en su estilo que para bien o mal seguirá siendo parte de minorías cinéfilas.

23 de febrero de 2011

Acto II: ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!

Aún por lo corto de su trayectoria, tengo cierto culto por las películas de Sofia Coppola . No porque le sobrevalore por pertenecer a su clan familiar, sino porque empatizo con algunos de sus personajes. No son mostrados en pantalla de forma exagerada, sino como son las personas reales. Nada sobreactuados. No obstante, esto no le salva para que le tolere una película como Maria Antonieta. Una película tan azucarada que termina dando mal de estómago.

En Cannes se estrenó en el 2006, entre abucheos por parte de los mismos franceses. No es para menos, la frivolidad que se ve en gran parte del metraje resulta tan exasperante que es un insulto a una época de importantes cambios como lo fue la Revolución Francesa. Como la última película de Quentin Tarantino, Marie Antoinette (2006) no se va por el convencionalismo de películas de época. En cambio da un tono más pop y despreocupado a sus personajes, aristócratas pedantes e ineptos que no parecen ser los aptos para conducir un país. Salvo para desvelarse en fiestas desenfrenadas, juegos de azar y resacas matutinas.

Objetivamente hablando no resulta ser una película tan mala, tiene sus virtudes y ahorita se las mencionamos. Pero demos campo primero a mi imparcialidad. Veámoslo así: por un lado yo, una persona de área rural procedente de las laderosas montañas de Tarrazú, cafetaleras por excelencia; que se gana algo de dinero en los veranos recolectando esos granos bajo el sol o la lluvia. Para que se tuesten, se procesen, se empaquen y se exporten a países que pagarán bien por ellos. No creo que los clientes de las cafeterías europeas comprendan que mucho del café que beben es recolectado por aborígenes mal pagados, que trabajan los siete días de la semana desde que amanece hasta anochecer. Todo el año, salvo cuando tienen que desplazarse como nómadas de un lugar a otro. Es irritante que la princesita Maria Antonieta suelte lágrima viva solo porque no puede llevar a su mascota sarnosa al Palacio de Versalles. Estamos en realidades muy distintas. Si bien pertenezco a un país tercermundista, al menos mi mundo es más real que la empalagosa repostería que rodea a la sola y frívola Maria Antonieta. Ni qué hablar del Luis no se qué, peor para él que aún no habían inventado el viagra.

Hay pocos minutos de la película en donde veo a la Sofia Coppola de siempre. Cuando saca a la reina adolecente del Versalles a su cabaña de campo, para no mostrarla como reina sino como una persona cualquiera. Entre el colorido rural y la melancolía propia de los personajes de Las Vírgenes Suicidas o Lost in Traslation. La música fue de lo que también se le criticó. A mí no me vino mal, son melodías de mi presente. Aunque lucirían mejor en otras cintas. Reconozco también que la directora no buscaba glorificar al personaje, pues en distintos momentos también lo juzga con dureza. Pasando factura a sus parrandas y lujos desenfrenados, pero pudo haber hecho más.

Quedé con la ganas de ver a don guillotín haciendo de las suyas al compás de la marsellesa. Solo podré deleitarme de esa fantasía en mi imaginación.

22 de febrero de 2011

Acto I: El primer día de clases

Con el estreno sorpresivo (para mí) de Somewhere (2010) en el país, me entró curiosidad en comentar la corta filmografía de esta hija de la Familia Coppola. Cuyo padrino quizá no sea un miembro de la Cossa Nostra, aunque sí es un Vito Corleone de la industria de Hollywood. Francis Ford Coppola que estaba entre rebelde o complaciente, ahora trata de ir por el camino indie con producciones más modestas o con más pretensión artística.

No nos desviemos del tema. Para Sofia Coppola estar en el mundo de las películas radica entre sus primeras nociones de existencia. La vemos ser bautizada en el Padrino, aunque también recordamos su no tan memorable participación en el Padrino III; en una movida de último momento tras la salida de Winona Ryder en la producción. Por eso y para bien Sofia Coppola se ha limitado estar tras bastidores detrás de la cámara, que al igual que su padre ha heredado el nepotismo característico de la American Zoetrope; la productora de Francis que apadrina sus largometrajes.

Ahora bien, los primeros pasos de Sofia Coppola como realizadora los podemos ver algo atrás de su primera película Las Vírgenes Suicidas (1999). Vemos mucho de ella en el segmento dirigido por su padre en Historias de Nueva York (1987), que al parecer la idea original fue de ella. Comenzaría a estar de lleno con su cortometraje Lick the Star (1998), relato fugaz de vivencias de colegialas por encajar en un grupo. Ese corto sería indicador de la identidad de Sofia Coppola en sus futuras cintas.

Ahí va para muchos la sobrevalorada opera prima de Las Vírgenes Suicidas. Un aparente drama de colegialas ambientado en los años setenta. Sin embargo, Coppola no quiere caer en lo idiota y chapucero de las películas sobre colegiales de hoy y en cambio da un toque más personal como lo haría en el resto de sus películas. Indiferente para la mayoría del público que no logra identificarse con sus personajes, las vírgenes suicidas tratan un grupo de hermanas encerradas en jaulas de cristal por sus puritanos padres. Tal claustrofobia hace que la menor de las hermanas se mate a sí misma lanzándose de una ventana. No sin antes escribir un diario que cae en un grupo de chicos obsesionados por la compleja personalidad de las hermanas Lisbon.

Las chicas Lisbon, aún alegres o risueñas en sus doradas cabelleras, ocultan al igual que las escritoras Sylvia Plath o Virginia Woolf los sentimientos reprimidos de una juventud que viven a cuenta gotas. Solo Lux (Kirsten Dust), la más rebelde y precoz de las Lisbon logra salir por un momento de esa jaula de santurronería para probar el sexo. Tal osadía le saldría caro tanto a ellas como a sus hermanas, aun sin tener vela en el entierro serían confinadas a su casa de por vida. Salvo con los bocados escapistas que un grupo de desapercibidos colegiales les comparten mientras imaginas sus propias experencias con ellas.

Como primera película me resulta bien cuidada, en especial en aspectos que serían sus puntos fuertes a futuro. Como son la puesta en imagen y esos silencios que como lo he subrayado bastante, dicen más que los exasperantes diálogos de algunas cintas. No obstante, no todo lo que haga Coppola a futuro será de aplaudir (aún de sus seguidores). Pero eso será en la siguiente pedrada… DIGO, entrada.

13 de febrero de 2011

Black Swan

Pobres aves esclavas y esquizofrénicas,
que construyen de sus propios nidos
su imaginada competencia.

El alma como bandera blanca
va perdiendo color,
hasta mostrar las entrañas putrefactas
del ala negra emplumada.
El reflejo quebrado en el espejo,
el cuerpo mutilado por heridas y
la mente resquebrajada
por el miedo o la paranoia.

Con las entrañas rasgadas en cuerpo y espíritu,
el cisne debe terminar su función.
Para que en su último respiro
la vida de un último vuelo
entre la ovación y los aplausos hipócritas.

8 de febrero de 2011

Rosebud

Entre todos los innumerables bienes materiales que tuvo, valoró en el último momento a la única poseción que realemente lo hizo feliz.

5 de febrero de 2011

Así esperaba The Social Network...


Tenía espectativa con esta cinta en cómo iba a tratar la influencia de Facebook sobre la gente, con sus relaciones personales y virtuales. Pero David Fincher y compañía se limitaron con enfocarse en Mark Zuckerberg el geek implacable. De todas maneras The Social Network (2010) no es perder el boleto, aunque también me quedo con este cortometraje.

Acerca del blog (versión 2011)

Este no es un blog de crítica de cine. Solo es un sitio de pocas visitas en donde un lunático escribe sobre películas, para no aburrir más de la cuenta las tertulias con sus amigos. Se intentará ser objetivo, con la probabilidad de caer en la imparcialidad.

No espere leer pomposidad, palabras grandilocuentes o adulaciones falsas tanto para los clásicos de antaño como para los bombazos del momento que ganan en oscares o en taquilla (para eso mejor lea las primeras entradas de este blog). Aquí puede ser importante comentar una cinta albanesa donde las cabras hablen en ucraniano, como alguno que otro blockbuster que tenga algo de talento o creatividad. No se trata de jugar de interesante o pretencioso, solo es un mero gusto que no se deja arrastrar por los tsunamis de publicidad. Lo que lea puede no ser de su agrado. Tampoco trata de ser el intelectualoide despedazando una película mediocre. Si aquí se hablara mal de alguna película será porque realmente lo amerite.

Éste no es blog de crítica de cine. Lo que se lea tal vez lo encuentre en otro de los miles de blogs que navegan en Internet. Es mera válvula de escape sobre ideas que a la mayoría de gente no le interesa saber.