19 de marzo de 2011

Historias de mareas altas y bajas

En la húmeda zona sur costarricense un par de historias ocurren simultáneamente giñándose una a la otra. El lugar es el Parque Nacional Marino Ballena, que abarca una de las playas más bellas del Pacífico nacional: Playa Uvita y su emblemático tómbolo en forma de cola de ballena. Una niña de una numerosa familia y una muchacha vacacionista con un novio muy concentrado en sus propios asuntos. Las dos comparten en común el aislamiento y el abandono emocional de sus seres más cercanos.

Agua fría de Mar (2009) es una película costarricense que se terminó de filmar hace más de un año, aunque hasta este fin se semana finalmente se estrena en cines ticos. Pocos son profetas en su tierra, aún así su realizadora Paz Fábrega no perdió tiempo. Durante ese tiempo anduvo peregrinando con su película en diversos festivales en América y Europa, ganando elogios, buenos comentarios y buscando financiamiento para una exhibición masiva. El elenco en su mayoría son actores primerizos que se desenvuelven con naturalidad, sobre todo la pequeña protagonista Monserrat Fernández.

No es una cinta para todos los públicos, poco apta para quienes buscar pasar el rato. Parece como si la realizadora quisiera que el espectador también construya su propia parte del relato. A partir de imágenes silenciosas y de los simbolismos en los que se rodean sus personajes. Tras el primer encuentro entre las protagonistas, da la impresión que Mariana parece ver en Karina como la niña que fue. Perdida en la noche a merced de lo desconocido. Una imagen escondida muy adentro que al salir se ve distanciada de lo cotidiano, como si despertara de un largo sueño rodeada de serpientes distraídas en la rutina. No necesariamente las culebras marinas con las que Karina juguetea inocentemente en la playa.

He tenido el placer de haber ido al menos tres veces a la playa donde se ambienta esta película. Por ahí me di cuenta que recientemente desapareció el tómbolo de arena, que unía la playa con el islote de piedra que forma la cola de ballena, lo que es una pena terrible para los que alguna vez caminamos sobre él. Aún por lo que le pueda criticar a la película (por ejemplo la considerable ausencia de música), me alegra que estas producciones nacionales se vayan animando a salir del Área Metropolitana. Costa Rica, pese lo que le cuestionamos (algunas veces sin razón), tiene rincones fascinantes y no necesariamente verdes para ambientar historias. Artistas como Carlos Salazar Herrera o Max Jiménez ya lo hicieron en sus relatos o en sus pinturas, sin caer en ese costumbrismo engañado que nos hace bostezar desde la primaria.




Comparto otro video en donde Paz Fábrega relaciona el libro de Salazar Herrera con su propósito en Agua Fría de Mar.

3 comentarios:

  1. Ha venido usted rápido con su comentario. Lo he leído con cuidado. Cuando ponga mi comentario en mi blog (ya vi la película) me gustaría poner su comentario de referencia. ¿Me lo permite?

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  2. Me halaga mucho William, le doy luz verde a su petición.

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  3. Gracias, ya escribí mi crítica, pero aún no la puedo poner en mi blog, primero La Nación que me paga (soy víctima del capitalismo, jajaj). Creo que sale mañana lunes en dicho periódico, en Viva.

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