23 de octubre de 2011

Entre el cosmos y la memoria


“Hemos hecho un trabajo tan pésimo en lo que respecta a administrar nuestro planeta que deberíamos tener mucho cuidado antes de tratar de administrar otros”

Carl Sagan

Hace un tiempo mientras divagaba en cuestiones de astronomía, una amiga me opinaba con toda razón en que es muy contradictorio que mientras se empleaban muchos recursos para la exploración espacial aún no hay mucha voluntad en solucionar los problemas del mundo. Más que un ciudadano de un país, continente o planeta voy más allá como un ser insignificante en la vastedad del universo. Creo que no debemos soslayar lo que pase aquí, al igual que no ignoremos lo que podemos aprender más allá del Sol.

En el documental chileno Nostalgia de la Luz (2010) hace un justo balance al analizar la astronomía y el cruento pasado chileno. Ciencia e historia encuentran puntos en común, analizando paradojas y casos en particular. El desierto de Atacama es un lugar ideal para la astronomía por su constante cielo despejado el cual facilita el trabajo de observatorios y radio telescopios, como tristemente también lo fue para ocultar los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet. Hoy en el Atacama mientras en la noche los astrónomos miran al cielo en sus telescopios, de día los parientes de miles de desaparecidos dan vuelta a la tierra seca del desierto para dar con los restos de sus familiares.

Se dice dentro del documental que Pinochet prohibió el estudio de la astronomía, pues podría ser de ayuda para un pueblo sublevado. No muy lejos de un observatorio en el Atacama, el dictador reactivó las instalaciones de una antigua mina para convertirla en un Gulag en la cual encerró a prisioneros políticos. Algunos de ellos eran astrónomos que encontraron en el cielo estrellado la única vía de escape al tormento ocasionado por los esbirros pinochetistas.

En una parte de la película un astrónomo analiza que su trabajo aunque no parezca tiene mucho que ver con la historia, más en concreto con el pasado. Asombra saber que muchas de las estrellas que vemos en el firmamento quizá ahora no existan. Su brillo, a miles o millones de años luz de la Tierra aún llega continuamente hasta que llegue el momento en que no encontremos rastro de su resplandor. Hace ver que el astrónomo es un arqueólogo del universo que indaga en los rastros del Big Bang. Eso sí, aclara que su búsqueda no tiene el mismo peso angustiante que tienen las que hacen los familiares de los desaparecidos en el Atacama con la ayuda de antropólogos.

También se comenta que la historia más reciente parece estar más encapsulada que la contada por las estrellas, pues hay mucho por qué avergonzarse y muchos de esos culpables siguen rondando sueltos haciendo de santos. No por algo la juventud chilena está harta de la herencia pinochetista (soslayada incluso por sus gobiernos de tendencia más progresista), al igual que el inepto gobierno conservador que tiene hoy. El presidente Piñera ya no tiene mineros atrapados bajo tierra para rescatar su popularidad y no le queda más de otra que encarar el malestar que tiene la población.

En ocasiones creo que cuando no se encuentra la solución de los problemas del mundo, no queda más remedio que recurrir al universo. Aunque lo más conveniente sería valernos de lo que hay dentro del rango de gravedad terrestre.


2 comentarios:

  1. Hola Marco: Me encantaría ver ese documental. Yo soy aficionada a todo lo que tiene que ver con la astrología y me parece interesante este enfoque que planteas en tu entrada.

    ¿Será que efectivamente ante nuestra incapacidad por corregir nuestros defectos y la inminente autodestrucción que esto podría conllevar, no nos queda más que empezar a explorar nuevos planetas para perpetuar nuestra especie más allá de la Tierra?

    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.com

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  2. Es un buen ensayo documental y si se le quiere, uno de los mejores filmes que he visto en el año. Junto a él, The Arbor y los nuevos de Herzog, son los mejores documentales que he visto este 2011. Un saludo.

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