12 de diciembre de 2011

10 pasos para ser un cineasta como Woody Allen



  1. Escribirás en lo posible la misma historia sobre un tipo escuálido, citadino e hipocondriaco el cual tiene que ligar por lo menos tres veces en la película. Para eso es importante un continuo cambio de parejas con los personajes secundarios. El personaje principal además debe ser un intelectual, erudito en literatura rusa, inestable emocionalmente y un amante del cine de Bergman o Fellini.
  2. A partir de ahí los personajes que giren con el protagonista (tu alter ego) deberán de ser también igual de inestables, recurriendo constantemente a los psiquiatras y a la sobre medicación. Citadinos que se vean pusilánimes en el mundo rural. Serán en lo posible escritores, pintores, músicos de jazz, publicistas, fotógrafos, académicos, críticos de arte y demás áreas que se relacione con lo intelectual o creativo. Difícilmente todos vayan a pertenecer a esos círculos bohemios, por lo que también recurrirás a personajes de clase alta: viejos magnates y ejecutivos de mente ultra conservadora, tan McCarthistas como las frívolas mujeres con las que se casan y emborrachan con champan. Vale también alguno que otro yuppie que sirva de mecenas para alguna mente artística de la que trate tu película. No es importante enfocarse en la existencia de seres comunes de la clase media baja como son los inmigrantes y demás minorías étnicas, que viven explotados por un sistema que los trata como esclavos; mientras tratan de sobrellevar sus problemas sin tener tiempo para caprichillos existenciales o depresiones superfluas cuando están sobre el diván.
  3. En tus guiones los personajes estarán constantemente hablando, aunque lo hagan por el simple hecho de hablar. Nada de largos silencios o de complejas elipsis narrativas. Lo que escribas se habla, aún si esto llega a exasperar al espectador.
  4. Filmarás siempre en áreas urbanas, en lo posible en lujosas locaciones de tu ciudad. Europa es ideal pues es un sitio ideal para tus cultos y aburguesados personajes. Armarás un guión a base de la guía turística de la ciudad a donde vayas. Te sugerirá evocadoras locaciones ideales para encuentros y desencuentros románticos y cultos, aunque resulten algo clichés. Londres ofrece lujosos barrios donde lo multicultural queda por fuera. Barcelona te mostrará su dócil y arraigado españolismo que ha caracterizado al pueblo catalán durante monarquías y dictaduras. En Roma evocarás a Fellini… y siempre nos quedará París, la que para ti será tu segunda casa con un apartamento con vista a la Torre Eiffel; al alcance de los museos-palacios donde vivían los despreocupados nobles franceses hasta que la plebe indignada los decapitara. Nada de ir a filmar a países del tercer mundo, pues no tienen bastantes locaciones glamorosas para rodar tus historias. En esas Bananas Republic deberás sobornar al caudillo de turno para que te dé vía libre como no pagar las cargas sociales de los trabajadores que contrates. Por eso y mucho más no es muy viable ir a esos distantes rincones geográficos.
  5. Sé un nostálgico a toda regla, pues el tiempo pasado siempre fue mejor. Sobre todo los despampanantes años veintes donde todo era abundancia y algarabía, hasta aquel martes negro de 1929 que bajó a todos los riquillos de la nube. El presente jamás será demasiado bueno, tanto por los frívolos añoran las décadas de despreocupación y prosperidad; como los contestatarios y anti sistemas que añoran vivir un Mayo del 68. Aún cuando este 2011 suelen ignorar a la Primavera Árabe, los indignados españoles del 15-M, el Movimiento Ocupa en Wall Street o la Movilización Estudiantil en Chile que lleva ya siete meses.
  6. A esto último va el siguiente paso: Enfócate 100% en ti mismo, que no salga de ti ni un mínimo rasgo de conciencia social. Va ha ser importante a la hora de dar carácter a los pedantes personajes que saldrán de las líneas de tu laptop o máquina de escribir. Tan absortos en su materialismo y en la vacía existencia de sus lujosos apartamentos de Park Avenue, como para echar si quiera una mirada al poco glamoroso gueto de Harlem.
  7. Siempre mantén el mismo estilo a la hora de montar tus películas. No importa que en pleno siglo XXI pongas todos los créditos al comienzo de la película como se hacía hace 40 años: la pantalla en negro con letras blancas y el arcaico jazz que tanta nostalgia te despierta. Un minuto y medio que puede despertar impaciencia y bostezos al cinéfilo que pagó su entrada o bien descargó vía torrent la película antes que se estrenara en su país.
  8. Ten una actriz fetiche, para que te la ligues dentro y fuera de cámaras. Si ésta se aburre de ti recurre a otras que a la vez irán marcando pauta en tu carrera cinematográfica. Si alguna de ellas le dé por la filantrópica actividad de adoptar niños o niñas del tercer mundo, cuando éstos tengan la mayoría de edad podrás meterle los cuernos con alguna de sus hijas adoptivas. Aún con el riesgo de que tu mujer sea amiga de un cantante mafioso y éste te amenace con romperte las piernas.
  9. Cuando tu carrera como cineasta comience a tambalear un poco por el peso de tus años y ya las actrices no quieran ligarte, aférrate a tu época dorada para que alguna figura mediática del momento (no importa que no haya actuado jamás) despierte curiosidad en ti y quiera participar en tu siguiente película. Con suerte sea la guapa esposa del presidente de un país de primer mundo, el cual te dé vía libre para todo siendo ojalá en la ciudad de tus sueños mojados.
  10. Por más necesidad creativa que te despierte por nada del mundo hagas algo experimental con tus películas, pues amenaza con romper el estilo por el que tanto te han alabado. Con el tiempo encontrarás nuevas generaciones de críticos o seudo-intelectuales que no pararán de adularte por algún trabajo tuyo que consideres una mierda. Entre más trasgresor que seas contigo mismo más mal hablarán de ti, mientras más ordinario seas al final de los días como realizador más te querrán. Sean los actores que buscan tener una película tuya en tu currículum o algún festival europeo que desea abrir su muestra con una cinta tuya fuera de concurso. Así como tu primera década de carrera ésta deberá terminar igual.

2 comentarios:

  1. jaja deberias de cambiar el titulo por 10 cosas que odio de Allen... creo que por eso mismo a la gente le encanta Allen (incluyendome a mi)

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  2. Yo gozo viendo a Woody Allen, aunque ya me parece muy repetitivo por eso de reinterpretarse una y otra vez. De lo que ha hecho recientemente me quedo con "Desconstruyendo a Harry" Wearever Works". Lo demás ya serían sobrevalorar.

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