5 de agosto de 2011

Una generación perdida


"...y estos niños que ustedes desprecian, cuando ellos intentan cambiar su mundo son inmunes a sus palabras. Ellos bien saben lo que les pasa..."
David Bowie
Me encontré The Breakfast Club (1985) de pura casualidad hace unos años, pocas semanas de egresarme del colegio. Donde vivo la antena de TV solía agarrar de forma aleatoria canales de televisión que muchos suelen pagar para ver en cable. Fue el caso de Cinecanal, en la que una mañana soleada y desocupada haciendo zapping me encontré con una película empezada a la que afortunadamente terminé viendo. Fascinado la busqué tiempo después para verla completa, fue un placer saborear desde los títulos a los créditos finales al compás de esa popular canción de Simple Minds, Don´t You Forget About Me: el himno de esta película.
Es una película ochentera a plenitud, como el soundtrack de fondo lo subraya a todo volumen. Pero es tan universal y vigente tanto antes como después. Luego de verla como a la tercera vez me fui divagando en la vida que tuve como colegial, teniendo de todo un poco de varios personajes. La verdad en mis seis años de colegio fui una especie de sonámbulo, adormecido por la doctrina que me dictaban los hombres y mujeres tras el pizarrón. Un zombi también en la posición en la que los colegiales deben encajar arbitrariamente. Los populares, los deportistas, los nerds (o verdes) o los raros. Son burbujas que privan del mundo real, un placebo que nos inyectamos para evitar mirarnos a la cara. Algunos ya caen en la decepción de no ser el centro de atención. Otros no salen de esa matrix hasta el día de la graduación o deserción. El ego cae por los suelos, los falsos amigos se desaparecen y comienza el peregrinaje para hallar a los verdaderos; que suelen ser contados con el dedo de la mano. Comienza la búsqueda en saber quiénes somos de verdad.
La primaria o secundaria adiestran a la persona de temprana edad en la rutina laboral que debe seguir como adulto. Hay sociabilidad, pero no es tan real como parece. Por más trofeos, castigos o cuadros de honor que tengamos; suele pasar que fuera del invernadero llamado escuela/colegio la mala hierba prominente crezca mejor que el resto de la domesticada cosecha transgénica. Conozco a más de un ternero que camina en contravía el cual encuentra su propósito de vida sin matricularse a un exclusivo instituto de enseñanza. Tanto públicos o privados, es un mundo de reglas donde el más tenue signo de anarquía o progresismo debe ser castigado con todo peso por igual, hacia alumnos y profesores.
Un escenario ideal para romper con esa irrealidad es un día de detención, donde cada miembro de las tribus urbanas es obligado a convivir juntos todo un sábado; a la supervisión de un miserable burócrata educativo que no tiene nada más productivo que hacer que velar por el castigo de un atleta (Emilio Estevez), una chica fresita (Molly Ringwald), una rarita (Ally Sheedy), un sarcástico matón (el genial Judd Nelson) o un nerdo (Anthony Michael Hall). Estos al pasar del día no se ven tan diferentes como quiere que el mundo crea que es. Seres aparentemente antagónicos fumando marihuana dentro de una biblioteca y sincerándose unos a otros. Fue lo que más me impactó en la primera vez que la vi.
Hace poco que estuve en un café Internet en un contrato a un mes, custodiando computadoras durante diez horas, seis días a la semana. Ésta fue la primera película que vi en un mes. No hubo elección más acertada para celebrar con un whisky el fin de ese rutinario mes de julio. Que me mantenía tan adormecido, bajándome al mínimo cualquier signo creativo por el sopor de mirar horas y horas una computadora. Ver de nuevo The Breakfast Club fue una sabrosa bocanada de aire. Es una cinta para cualquier generación, que rejuvenece con cada tarde en la que uno va con el puño en alto. Caminando lejos de cualquier presión o estereotipo.
"Estimado Sr. Vernon: Aceptamos que debimos sacrificar nuestro sábado como castigo. Pero es una tontería hacernos escribir acerca de quién creemos que somos. Usted nos ve como quiere vernos en los términos más simples, los estereotipos más convenientes. Lo que descubrimos es que cada uno de nosotros es un cerebro, un atleta, una loca, una princesa y un delincuente. ¿Eso contesta a su pregunta?
Atentamente, el Club de los Cinco (The Breakfast Club)."

4 comentarios:

  1. Hola Marco

    Este es un clasicazo de los 80's, como vos decís, el soundtrack es fantástico y la peli es muy amena, se disfruta con ganas :) ¡Qué suerte que la pescaste!... Estaré atenta para ver si vuelvo a verla, pues ya me dieron ganas...

    Con respecto a la época de cole, solo diré que es difícil. Vos lo mencionas por ahí, una anda como chiquita sin mamá: buscando el lugar, el grupo dónde encajar, sin exactamente saber quién se es en ese momento. En mi caso, de mis primeros tres años de colegio no guardo gratos recuerdos, lo mejor está antes y después de este periodo extraño.

    Saludos,
    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.cpom

    ResponderEliminar
  2. Muy buena entrada. Y si desafortunadamente es muy cierto que este comportamiento se mantiene hasta en esta epoca.Conozco a jovenes adolescentes que no muestran ni el más mínimo interes por ser diferentes, por buscar lo que en verdad les pueda apasionar. Todavía algunos de estos jovenes ven su personalidad en sacar notas excelentes sin siquiera saber si de verdad vale la pena todo ese esfuerzo. Muchos de las personas más inteligentes que conozco no tienen el bachillerato. Pero por lo menos esos en cierta forma tienen más virtudes que los que se buscan problemas por seguir una tendencia, o por que les pongan atención. Para mi el colegio fue juna época muy triste, en donde yo solo fui un ser adormilado. Y probablemente sere negativo, pero cuando escucho a alguien decir que el colegio fue una gran época y quie vivió muchas cosas lindas, solo me pregunto, ¿acaso nunca tuvieron más chances de vivir cosas de verdad despues del colegio?

    ResponderEliminar
  3. Genial el comentario sobre la película, y el poster del final me encanta. Sin duda la canción de Simple Minds es todo un himno de la peli, y coincido en lo genial que está Judd Nelson y lo interesante que es la película. Yo la ví una tarde de domingo hará un par de años, pensando que sólo sería una peli "adolescente", pero creo que tiene un mensaje muy bueno, y los actores hacen un papelezo. Me encantó.

    Sobre el comentario que me dejaste... a mí esa música, y la letra de las canciones me recordó al mar, las flores del famoso disco de New Order, a "La Piscine", y a ese aire del cine francés ambientado en el sur de Francia y Saint Tropez... por eso elegí esas imágenes ;)

    un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Katmarce

    Para encajar uno hace lo que sea, incluso si a hoy aún sigue dando verguenza.

    Mechas

    100% deacuerdo con su alma. Tanto como a usted como a mí nos consta de lo hijoeputa que puede ser esa época. Otros que usted y yo conocemos despiertan más rápido, y sin cartones ya aprenden a volar solos.

    Lo último que puso es como para ponerlo en placa.

    Mara

    Vieras que ese es un falso poster que lo encontré en el sitio de TCM en español. Le paso el link que tiene ingeniosos diseños de otras películas.

    http://www.canaltcm.com/escritopor/post/2011/07/03/carteles-falsos-pelaaculas-claasicas

    ResponderEliminar

Su comentario o pedrada es bienvenida, siempre y cuando no se atrincheren en el anonimato o vayan al autobombo del SPAM. De ser así serán borrados.