No fue la primera película de la Nueva Ola del cine francés, también llamada nouvelle vague. En cambio fue la opera prima de un cineasta que abandera y es emblema de éste género durante muchos años: Jean-Luc Godard. Un director de cine que llegó a afirmar que para hacer una película solo ocupaba de una chica y una pistola.
Aunque no literalmente, se puede decir que Al final de la escapada (A bout de soufflé, 1960) se cumple esta afirmación; convirtiéndose en insignia dentro del género. La nouvelle vague trató romper el estilo tradicional con el que los grandes estudios realizaban sus películas. Se buscaba una realización de cine que fuera barata en los costos de producción, con técnicas más experimentales aprovechando ambientes y locaciones donde tenía lugar las notas resumidas que consistían de guión; libre en un lenguaje sin auto-censura.
También estaba el empleo de un elenco más reducido, de no necesariamente actores profesionales. Con libertad creativa para improvisar sus diálogos y emociones en escenas considerablemente largas a tiempo real; con la impertinencia incluso de hablar a la cámara. Así se da en Al final de la escapada; sobre la historia de Michel (Jean Paul Belmondo) un ladrón que da aires de Humphrey Bogart. Huye de Marsella para encontrarse con sus acreedores en París mientras huye de la policía. Por los Campos Elíseos se topa con una conocida (Jean Seberg), una norteamericana que trabaja en el New York Herald Tribune para pagar sus estudios en La Sorbona. Ella entonces se envuelve en las correrías de Michel.
De esta manera, la película transcurre entre acciones imprevistas, diálogos que buscan un tono poético por parte de personajes. Como lo haría en futuras películas como Alphaville (1965), Godard da a su película algunas semblanzas de cine negro. Por lo demás, este trabajo se desenvuelve de una forma ágil y suelta. Ayudada por personajes impulsivos que sorprenden al espectador con alguna irreverencia.
Aunque no literalmente, se puede decir que Al final de la escapada (A bout de soufflé, 1960) se cumple esta afirmación; convirtiéndose en insignia dentro del género. La nouvelle vague trató romper el estilo tradicional con el que los grandes estudios realizaban sus películas. Se buscaba una realización de cine que fuera barata en los costos de producción, con técnicas más experimentales aprovechando ambientes y locaciones donde tenía lugar las notas resumidas que consistían de guión; libre en un lenguaje sin auto-censura.
También estaba el empleo de un elenco más reducido, de no necesariamente actores profesionales. Con libertad creativa para improvisar sus diálogos y emociones en escenas considerablemente largas a tiempo real; con la impertinencia incluso de hablar a la cámara. Así se da en Al final de la escapada; sobre la historia de Michel (Jean Paul Belmondo) un ladrón que da aires de Humphrey Bogart. Huye de Marsella para encontrarse con sus acreedores en París mientras huye de la policía. Por los Campos Elíseos se topa con una conocida (Jean Seberg), una norteamericana que trabaja en el New York Herald Tribune para pagar sus estudios en La Sorbona. Ella entonces se envuelve en las correrías de Michel.
De esta manera, la película transcurre entre acciones imprevistas, diálogos que buscan un tono poético por parte de personajes. Como lo haría en futuras películas como Alphaville (1965), Godard da a su película algunas semblanzas de cine negro. Por lo demás, este trabajo se desenvuelve de una forma ágil y suelta. Ayudada por personajes impulsivos que sorprenden al espectador con alguna irreverencia.
Curiosidades
Como muchas personalidades envueltas en la nouvelle vague, Jean Seberg mostró simpatías a las corrientes revolucionarias y anti sistema propias de su época. En su caso dando su adhesión al grupo de las Panteras Negras, unión que le privó de una carrera como actriz en los EE. UU. En parte gracias al F.B.I. de Edgar Hoover quienes la tendrían muy vigilada hasta el final de sus días.
Aún así siempre tuvo las puertas abiertas para actuar en Europa, participando en películas variadas en éxito comercial y de crítica; convirtiéndose también en ícono de la nouvelle vague (junto actrices como Anna Karina). Pero su vida tendría un final muy trágico: se suicidaría en París a la edad de 40 años, días después que muriera su hijo recién nacido luego de un parto prematuro. Hoy en día las causas de su muerte no están del todo claras.
Como muchas personalidades envueltas en la nouvelle vague, Jean Seberg mostró simpatías a las corrientes revolucionarias y anti sistema propias de su época. En su caso dando su adhesión al grupo de las Panteras Negras, unión que le privó de una carrera como actriz en los EE. UU. En parte gracias al F.B.I. de Edgar Hoover quienes la tendrían muy vigilada hasta el final de sus días.
Aún así siempre tuvo las puertas abiertas para actuar en Europa, participando en películas variadas en éxito comercial y de crítica; convirtiéndose también en ícono de la nouvelle vague (junto actrices como Anna Karina). Pero su vida tendría un final muy trágico: se suicidaría en París a la edad de 40 años, días después que muriera su hijo recién nacido luego de un parto prematuro. Hoy en día las causas de su muerte no están del todo claras.
FICHA ARTÍSTICA
Nombre: A bout de souffle (Al final de la escapada)
Año: 1960
Director: Jean-Luc Godard
Guión: François Truffaut y Jean-Luc Godard
Actores: Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Jean-Pierre Melville.
Música: Martial Solal
Países: Francia.
Idioma: francés e inglés.
Duración: 87 minutos.
La nueva ola francesa fue un movimiento expansivo en el cine, en todos los campos, hasta en la crítica, y no solo con el cine que ofreció en las pantallas. Por encima de todo, esta nueva ola creyó en el cine como arte.
ResponderEliminarEsta película, y bueno, toda la Nueva Ola, son como bocanadas de aire fresco aún hoy. Siguen sintiéndose llenas de energía, rebosantes de ideas, y vibrantes. El cine necesita realizadores con esta fuerza y convicción; por suerte aún quedan bastantes, por ahí escondidos.
ResponderEliminarPara los sedientos de cine: a mi blog viene alguien que se llama Artecine, no, creo que es más bien Cinearte. Es un buen blog.
ResponderEliminarWilliam: así lo voy notando con cada película observada. Esa corriente incluso se vertió en lugares donde predominaba la idea del productor sobre el artista. Ya vi el sitio y es bastante bueno en títulos. Mucho mejores que el video club del lugar de donde vivo que consigue DVD´s grabados en cine.
ResponderEliminarFilosofíapop: Me siento más agusto viendo este tipo de películas que algunas más recientes. Como dices, tienen un aire fresco que no se les va aún hoy. Otras más actuales se les va más rápido que el olor de un perfume malo. Saludos de nuevo Fernando.
Marco.
Película francamente sobrevalorada como, en general, la nouvelle vague. Muy artificiosa y, por lo tanto, falsa.XLMP
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