Es morbo de muchas películas bélicas (más bien de muchos que comentamos sobre ellas), fijarse en los detalles descarnados para sentir culpable al espectador o bien caer en parcialidades políticas. A veces esa tendencia termina por aburrir a quienes únicamente buscan pasar un buen rato viendo una película, aunque no está de más saber pinceladas de historia o realidad. Welkkeom tu Dongmakgol (Bienvenidos a Dongmakgol, 2005) permite salirse de esos criterios, contando una colorida historia antibelicista con aires de cuento de hadas.
En la península coreana durante 1950 coreanos del norte y el sur con sus respectivos aliados, entablan guerra por el control del territorio para así imponer su creencia política. A pesar de eso las calamidades del conflicto no han llegado a la idílica aldea de Dongmakgol, en la que tres soldados del norte, dos del sur y un norteamericano llegan perdidos por diferentes motivos.
Al verse cara a cara sube la tensión y la paranoia, cosas de las que no entienden los pacíficos habitantes de Dongmakgol; los cuales no comprenden los sentimientos de hostilidad entre los combatientes. Pero estos poco a poco se verán fascinados por el tranquilo estilo de vida de los aldeanos, sobre todo de Yeo-il (Hye-jeong Kang) una niña soñadora sin noción del peligro por el que se rodea. Poco a poco irán dejando de lado las diferencias para hacerse parte de la vida en la aldea. Pero cuando la guerra se va adentrando al valle de Dongmakgol, los soldados harán todo lo posible para defender a la aldea y sus habitantes.
No es un relato gris que robe más de la mitad del metraje a la historia. No parece incluso que sea una película bélica, que se adorna de endulzados ambientes sin caer en las ñoñerías de Disney. Dentro de su propósito Bienvenidos a Dongmakgol nos haces olvidar las banderas y las ideas que se nos inculcan a la fuerza, para perdernos de una pesadilla a la fantasía idílica que cubre la verde aldea de Dongmakgol.
En la península coreana durante 1950 coreanos del norte y el sur con sus respectivos aliados, entablan guerra por el control del territorio para así imponer su creencia política. A pesar de eso las calamidades del conflicto no han llegado a la idílica aldea de Dongmakgol, en la que tres soldados del norte, dos del sur y un norteamericano llegan perdidos por diferentes motivos.
Al verse cara a cara sube la tensión y la paranoia, cosas de las que no entienden los pacíficos habitantes de Dongmakgol; los cuales no comprenden los sentimientos de hostilidad entre los combatientes. Pero estos poco a poco se verán fascinados por el tranquilo estilo de vida de los aldeanos, sobre todo de Yeo-il (Hye-jeong Kang) una niña soñadora sin noción del peligro por el que se rodea. Poco a poco irán dejando de lado las diferencias para hacerse parte de la vida en la aldea. Pero cuando la guerra se va adentrando al valle de Dongmakgol, los soldados harán todo lo posible para defender a la aldea y sus habitantes.
No es un relato gris que robe más de la mitad del metraje a la historia. No parece incluso que sea una película bélica, que se adorna de endulzados ambientes sin caer en las ñoñerías de Disney. Dentro de su propósito Bienvenidos a Dongmakgol nos haces olvidar las banderas y las ideas que se nos inculcan a la fuerza, para perdernos de una pesadilla a la fantasía idílica que cubre la verde aldea de Dongmakgol.
FICHA ARTÍSTICA
Nombre: Welkkeom tu Dongmakgol (Bienvenidos a Dongmakgol).
Año: 2005.
Director: Park Kwang-hyun.
Guión: Park Heung-shik y Song Hye-jin.
Actores: Shin Ha-kyun, Jeong Jae-yeong, Kang Hye-jeong, Seo Jae Kyung y Steve Taschler.
Música: Joe Hisaishi.
País: Corea del Sur.
Idioma: Coreano e inglés.
Duración: 133 minutos.
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