4 de mayo de 2011

Grupos salvajes

En 1969 Sam Peckimpah escandalizó a la audiencia y crítica de cine con una película de exageradamente violenta para esos días. Grupo Salvaje (The Wild Bunch) trata de unos sanguinarios pistoleros en decadencia, que tras fracasos y en busca de dar un último golpe poco a poco se humanizan frente al espectador. Fue el apogeo del llamado Western Crepuscular, ya que al ver a íconos como John Wayne entrar en arrugas y a John Ford ir entre el pesimismo o el alcohol, las películas de vaqueros fueron por tendencias menos obvias para ir por otras más ambiguas y sinceras.

A esto hago introducción a un par de películas que vi recientemente. Parecerán no estar a la altura de la de Peckimpah, pero tienen semejanzas y sentimientos en común.

Mexicanos en Irak

Este año se estrenó la comedia mexicana Salvando al Soldado Pérez. Es parodia de los bajos mundos del narco, aún por tener malos actores telenoveleros y cierta tendencia al caricaturismo propio de una película como Machete. Pese a sus defectos, esta película se encamina por algo más humano que banal. Un poderoso narcotraficante busca el perdón de su madre, que para eso le pide encontrar a su hermano menor el cual está perdido en Irak combatiendo con los marines norteamericanos. Igual como en la película de Spielberg. Julián Pérez, el narco en cuestión se acompañará de un pintoresco y experimentado grupo en tierra ajena, el cual tratará de encontrar a su hermano Juan con todos los medios que tenga a mano.

Por ratos es exagerada, pero se va compensando con el humanismo de personajes aparentemente fuertes en su búsqueda de redención. Sensación alimentada con varias escenas de flashback. Su objetivo es entretener, aunque no oculta toques de sinceridad.

Erase una vez en Almería

Carlos es niño se escapa de sus vacaciones para ir al desierto de Tabernas, que espera encontrarse con su abuelo Julián y saber de la muerte de su padre. El viejo en otros tiempos fue un renombrado doble de riesgo, el cual formó parte en la realización tanto en películas de vaqueros como bélicas. En compañía de un grupo de marginados personajes, se ganan la vida montando shows a turistas en un ficticio pueblo del oeste en Almería; que en otros tiempos fue locación para los spaghettis westerns.

El bilbaíno Alex de la Iglesia es el realizador de 800 Balas, que como el resto de sus películas no se guarda la violencia, la extravagancia y el humor negro. Un tributo a los spaghettis westerns y en especial a la figura crepuscular del abuelo del niño. Un hombre que divaga entre la culpa y un pasado glorioso como doble de riesgo para estrellas de la talla de Clint Eastwood.

1 comentario:

  1. Yo de cine solo lo que dan en los cines, así que paso pero vengo y lo leo,
    soy guapa moza,
    lo invito a mi blog
    quiere
    para que se ría.

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