Quizá no haya película del oeste que muestre un entorno tan decadente como se ve en Dead Man (1995). Dirigida por Jim Jarmusch, trata de un oeste más salvaje de lo que se suele afirmar. Es la última frontera entre la civilización y la llamada barbarie. La civilización la representan las culturas amerindias, las cuáles se limitan a una existencia armoniosa con la naturaleza. Lo barbárico está en el hombre blanco, que se dice portar la bandera de la civilización. Los hombres blancos que se adentran en el oeste son en su mayoría seres ignorantes, analfabetos que en vez de aprender a leer prefieren aprender a disparar.
Desde su largo viaje en tren así lo va viendo William Blake (Johnny Depp). Un tímido citadino que se anima a perderse en el oeste, para aceptar un empleo como contador que al final no se lo dan. Varado en el pueblo de Machine, donde la fábrica de metales impregna de contaminación a todo, es acusado por un asesinato en defensa propia. El Sr. Dickinson (Robert Mitchum), aristócrata dueño de la fábrica pondrá precio a la cabeza de Blake y contrata mercenarios para que le den caza como un animal.
Blake empieza entonces una travesía sin destino ni retorno, en compañía de un indio exiliado llamado Nobody (Gary Farmer). Un viaje que como se da en las películas de Jarmusch, es al mismo tiempo una búsqueda y una huída. Nobody relaciona a Blake con el pintor y poeta inglés del siglo XVIII y XIX, por lo que el Blake de la película se dará un nuevo significado a sí mismo y a su nombre.
Desde su largo viaje en tren así lo va viendo William Blake (Johnny Depp). Un tímido citadino que se anima a perderse en el oeste, para aceptar un empleo como contador que al final no se lo dan. Varado en el pueblo de Machine, donde la fábrica de metales impregna de contaminación a todo, es acusado por un asesinato en defensa propia. El Sr. Dickinson (Robert Mitchum), aristócrata dueño de la fábrica pondrá precio a la cabeza de Blake y contrata mercenarios para que le den caza como un animal.
Blake empieza entonces una travesía sin destino ni retorno, en compañía de un indio exiliado llamado Nobody (Gary Farmer). Un viaje que como se da en las películas de Jarmusch, es al mismo tiempo una búsqueda y una huída. Nobody relaciona a Blake con el pintor y poeta inglés del siglo XVIII y XIX, por lo que el Blake de la película se dará un nuevo significado a sí mismo y a su nombre.
El indio Nobody es un caso interesante dentro de la cinta. Pues de todos los personajes de la película, es el más culto e inteligente. De niño fue capturado y llevado a Inglaterra donde aprendió a leer y a escribir. Ahí supo de las poesías y pinturas de William Blake, las cuales vive y recita en cada momento. Es, como dice un graffiti en el Barrio La California, “si no puedes hacer poesía, sé poesía”.
Para mí Dead Man es una de las mejores películas de Jim Jarmusch. Contó con un reparto de lujo y nueve millones de dólares de presupuesto. La taquilla solo recupero una novena parte del presupuesto, pero así pasa con un trabajo que es tan anti-comercial como la misma personalidad de su realizador. La película se adentra en un raro letargo, ayudado por la música de Neal Young con un blanco y negro propio de una cinta de hace más de medio siglo. Dead Man reivindica la imagen del indio y tira por tierra la del hombre blanco. Siendo este un ser sin conciencia ni visión de futuro, como lo son los personajes de El Jaúl de Max Jiménez. La conquista del oeste no fue de la manera grandiosa, de las que se nos quiso vender en otros tiempos a punta de Tecnicolor y Cinemascope. Pero lo mejor de la película no es la construcción de un oeste distópico, sino en el desarrollo de diálogos e imágenes místicas.
FICHA ARTÍSTICA
Nombre: Dead Man
Año: 1995
Director: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarnusch
Actores: Johnny Depp, Gary Farmer, Lance Henriksen, Robert Mitchum, John Hurt, Mili Avital, Gabriel Byrne, Iggy Pop, Billy Bob Thonrton, Crispin Glover, Eugene Byrd y Alfred Molina.
Música: Neil Young
Países: EE. UU.
Idioma: Inglés.
Duración: 121 minutos.
Para mí Dead Man es una de las mejores películas de Jim Jarmusch. Contó con un reparto de lujo y nueve millones de dólares de presupuesto. La taquilla solo recupero una novena parte del presupuesto, pero así pasa con un trabajo que es tan anti-comercial como la misma personalidad de su realizador. La película se adentra en un raro letargo, ayudado por la música de Neal Young con un blanco y negro propio de una cinta de hace más de medio siglo. Dead Man reivindica la imagen del indio y tira por tierra la del hombre blanco. Siendo este un ser sin conciencia ni visión de futuro, como lo son los personajes de El Jaúl de Max Jiménez. La conquista del oeste no fue de la manera grandiosa, de las que se nos quiso vender en otros tiempos a punta de Tecnicolor y Cinemascope. Pero lo mejor de la película no es la construcción de un oeste distópico, sino en el desarrollo de diálogos e imágenes místicas.
FICHA ARTÍSTICA
Nombre: Dead Man
Año: 1995
Director: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarnusch
Actores: Johnny Depp, Gary Farmer, Lance Henriksen, Robert Mitchum, John Hurt, Mili Avital, Gabriel Byrne, Iggy Pop, Billy Bob Thonrton, Crispin Glover, Eugene Byrd y Alfred Molina.
Música: Neil Young
Países: EE. UU.
Idioma: Inglés.
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