Uno de mis propósitos en cuanto a película fue empaparme de éste género (y otros). Aunque todavía falta bastante por ver, hay cuestiones que ya me dan para pensar y escribir.
Reseñando rápidamente el western, o lo que también conocemos como películas de vaqueros, es un género cinematográfico enteramente norteamericano de origen. El cual con el transcurrir del siglo XX fue derivando en procedencia y evolución. Popular en las películas mudas, tuvo su mejor tiempo en las décadas de los cuarentas a cincuentas; más un poco en los sesenta donde comenzó a decaer en interés. Gente como Howard Hawks, Fred Zinnemann, Anthony Man, Henry Hathaway y sobre todo John Ford fueron parte de los realizadores que hicieron memorables películas en esos años. Dirigieron a actores que brillaron como John Wayne, Henry Fonda, Dolores del Río, Gary Cooper, James Steward, Richard Widmark, Caroll Baker, entre otros.
Los sesentas en el western traería cambios interesantes dentro de sus tendencias. Aquí entrarían a dirigir otra generación de directores ,que mutarían el género al llamado western crepuscular (nada que ver con ciertas cintillas de vampiros). Arthur Penn y Sam Peckinpah harían varios clásicos, donde mostrarían aspectos menos épicos, más decadentes y salvajes en cuanto a la figura del pistolero y su entorno. Las últimas películas de John Ford también irían por ahí, reinvindicando mucho la imagen del indio americano; estereotipada constantemente en la llamada época dorada del western.
Pero no es en los EE.UU. donde el western entraría por otros rumbos. Sería en el desierto de Almería en España, donde producciones europeas (sobre todo italianas y españolas) darían otro aire al género con algo a los que los críticos de cine norteamericanos llamaron despectivamente spaghetti western. Este nuevo sub género ganaría fama fuera de Europa gracias a Sergio Leone y su trilogía del dolar. Ante todo también, por darle el espaldarazo a un actor que sería nuevo ícono de las nuevas tendencias del western y al cine: Clint Eastwood.
Las películas italianas de vaqueros no serían del mismo gusto popular y en cambio irían al morbo. Eso en el sentido de la excesiva violencia y la forma grotesca en como muestra a sus personajes. Sin embargo, aportó mucho al cine en general sobre todo en técnicas de tomas y la musicalización de sus bandas sonoras; las cuales daban un aire mítico a sus escenas (mucho crédito a las composiciones de Ennio Morricone). La infuencia de los westerns italianos calaron hondo en cineastas acutuales, en especial Quentin Tarantino quien es un fánatico del género y se muestra mucho de él en sus películas. Kill Bill por ejemplo. Luego de Sergio Leone y Clint Eastwood llegarían otros cineastas italianos para dirigir a actores que se iconizaron dentro del spaghetti western: Lee Van Cleef, Franco Nero, Terrence Hill, James Coburn, Charles Bronson o el indomable Klaus Kinski.
Hoy no se filma como en la misma habitualidad de hace medio siglo. Se ven aún así, algunas pocas películas que se ponen a la altura de los clasicos John Ford y Sergio Leone. En las siguientes entradas me referiré a esos temas y matices interesantes, que dan para pensar. Así que si los pocos lectores de este blog no tienen al western dentro de sus géneros favoritos, recomiendo en buen plan (y en broma) no visitarlo por unas semanas. Agosto será un mes vaquero por este desierto de blog.
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