En los sesentas John Ford siguió manteniéndose muy activo, pese a las circunstancias. Sus últimas películas se adentran por tendencias muy opuestas a las de sus inicios. Por ejemplo, para Sergeant Rutledge (1960) dio el papel protagónico a un actor negro; algo nada habitual para su tiempo. El oeste estaría contado de manera más realista y saldaría sus cuentas con los indios americanos dentro de cámaras, que ya no volvería jamás a ser villanos de sus películas.
The Man Who Shot Liberty Valance (1962)
Es posible que fuera su última película a blanco y negro. Era adecuado para lo que se iba relatar al espectador. Inspiraría a Sergio Leone en la creación de sus spaghetti westerns, ya que el viejo oeste en El Hombre que le disparó a Liberty Valance no es nada idílico. Rige ahí la ley de los más fuertes y de quienes pueden intimidar.
Ese que atemoriza en el pueblo de Shinbone es el Liberty Valance del título de la película. De gran forma es interpretado por Lee Marvin, quien a punta de su revólver y látigo de plata marca su dominio del cual ni el sheriff se atreve adentrar. La figura del alguacil es parodiada, donde es tan incompetente que es el primero en huir a cualquier asomo de Liberty Valance por la villa. Uno de los que secunda a Valance es Lee Van Cleef, villano de lujo quien brilló más en los westerns italianos que en los de su propio país; del cual no pasaba de ser alguien con pocas líneas.
Los únicos que se alzan en contra de ese mundo de miedo, que siembra Liberty Valance es un abogado recién llegado (James Stewart). Es alguien quien cree en el poder de las leyes sobre los crímenes. Pero en su primer encuentro con Liberty Valance, éste le pone muy en claro como se manda. Otro que no se amedrenta a Valance es Tom Doniphon (John Wayne), un pistolero local con una visión más desengañada de la realidad. Mantiene una especie de Guerra Fría con Liberty Valance, a la expectativa de quien dispara primero. Al igual que el forajido cree en la poca práctica que tienen las leyes y la educación, sobre la ley del más fuerte. A veces la justicia debe tomarse en manos propias, como entiende descorazonado el abogado que interpreta James Stewart.
Antes de hacer la película John Ford no pasaba por su mejor momento. Venía de una desintoxicación por licor y pastillas, producto de una depresión. Así es que mucho de su aire sombrío y pesimista llegó a mostrarse en su trabajo. Misma sensación que el abogado Stoddart, que se da cuenta que nada vale hablar maravillas de una constitución política si no hay voluntad de cumplirla. En la filmación de su película anterior, Dos cabalgan juntos, se le recuerda a Ford por verse ebrio en el rodaje. Misma apariencia como se ve a un convincente John Wayne borracho, deprimido por un amor no correspondido y condenado a un confinado anonimato. El Hombre que disparó a Liberty Valance pone a meditar sobre la creación de mitos entorno a alguien y la impotencia de ceder a quienes imponen su razón por la fuerza.
The Man Who Shot Liberty Valance (1962)
Es posible que fuera su última película a blanco y negro. Era adecuado para lo que se iba relatar al espectador. Inspiraría a Sergio Leone en la creación de sus spaghetti westerns, ya que el viejo oeste en El Hombre que le disparó a Liberty Valance no es nada idílico. Rige ahí la ley de los más fuertes y de quienes pueden intimidar.
Ese que atemoriza en el pueblo de Shinbone es el Liberty Valance del título de la película. De gran forma es interpretado por Lee Marvin, quien a punta de su revólver y látigo de plata marca su dominio del cual ni el sheriff se atreve adentrar. La figura del alguacil es parodiada, donde es tan incompetente que es el primero en huir a cualquier asomo de Liberty Valance por la villa. Uno de los que secunda a Valance es Lee Van Cleef, villano de lujo quien brilló más en los westerns italianos que en los de su propio país; del cual no pasaba de ser alguien con pocas líneas.
Los únicos que se alzan en contra de ese mundo de miedo, que siembra Liberty Valance es un abogado recién llegado (James Stewart). Es alguien quien cree en el poder de las leyes sobre los crímenes. Pero en su primer encuentro con Liberty Valance, éste le pone muy en claro como se manda. Otro que no se amedrenta a Valance es Tom Doniphon (John Wayne), un pistolero local con una visión más desengañada de la realidad. Mantiene una especie de Guerra Fría con Liberty Valance, a la expectativa de quien dispara primero. Al igual que el forajido cree en la poca práctica que tienen las leyes y la educación, sobre la ley del más fuerte. A veces la justicia debe tomarse en manos propias, como entiende descorazonado el abogado que interpreta James Stewart.
Antes de hacer la película John Ford no pasaba por su mejor momento. Venía de una desintoxicación por licor y pastillas, producto de una depresión. Así es que mucho de su aire sombrío y pesimista llegó a mostrarse en su trabajo. Misma sensación que el abogado Stoddart, que se da cuenta que nada vale hablar maravillas de una constitución política si no hay voluntad de cumplirla. En la filmación de su película anterior, Dos cabalgan juntos, se le recuerda a Ford por verse ebrio en el rodaje. Misma apariencia como se ve a un convincente John Wayne borracho, deprimido por un amor no correspondido y condenado a un confinado anonimato. El Hombre que disparó a Liberty Valance pone a meditar sobre la creación de mitos entorno a alguien y la impotencia de ceder a quienes imponen su razón por la fuerza.
Cheyenne Autumn (1964)
El ocaso de los Cheyennes, también llamada con fines comerciales como El Gran Combate, trata sobre la verídica travesía hecha por la disminuida tribu Cheyenne. Alrededor de 2000 km desde la árida reserva de Oklahoma, a las verdes praderas de Yellowstone en Wyoming de donde son originarios. En el lugar en donde son confinados viven en las más deplorables condiciones, visibles hasta en los ojos del Capitán Archer (Richard Widmark) y la cuáquera Deborah Wright (Carroll Baker). Ante el incumplimiento de promesas por parte del gobierno americano, los Cheyenne emprenden su éxodo con miles de soldados de caballería persiguiéndoles y dando búsqueda.
En su película Ford quiso contar con auténticos indios Cheyenne. Pero Hollywood, igual que prepotente como el hombre blanco del viejo oeste, le limitó a actores mexicanos de renombre como Gilbert Roland, Ricardo Montalbán y Dolores del Río. No tuvo muchas libertades en realización, aunque la película termina siendo genial. Hay un intermedio donde James Stewart y Arthur Kennedy interpretan a Wyatt Earp y Doc Holliday. Los glorificados héroes del tiroteo de O.K Corral son parodiados en las escenas más cómicas de la película. Earp (James Sterwart) encabeza una milicia de vaqueros de Dodge City para dar caza a los indios, pero se encuentran tan borrachos que apenas logran llegar a las afueras de la ciudad.
John Ford fue pionero pedir que los extras indios de sus películas tuvieran el mismo salario de los extras blancos. Entre estas y otras acciones, el pueblo indio llego a tenerle mucho afecto a Ford. Hoy en día una reserva india en Arizona lleva su nombre (1). Porque en Cheyenne Autumn muestra como ninguna lo hizo, el maltrato y la hipocresía de los blancos hacia los indios. Ford ya podría partir tranquilo del mundo, contando lo que en otros tiempos no le hubieran permitido decir en sus películas. Deja un legado, que aún hoy muchos realizadores le atribuyen.
El ocaso de los Cheyennes, también llamada con fines comerciales como El Gran Combate, trata sobre la verídica travesía hecha por la disminuida tribu Cheyenne. Alrededor de 2000 km desde la árida reserva de Oklahoma, a las verdes praderas de Yellowstone en Wyoming de donde son originarios. En el lugar en donde son confinados viven en las más deplorables condiciones, visibles hasta en los ojos del Capitán Archer (Richard Widmark) y la cuáquera Deborah Wright (Carroll Baker). Ante el incumplimiento de promesas por parte del gobierno americano, los Cheyenne emprenden su éxodo con miles de soldados de caballería persiguiéndoles y dando búsqueda.
En su película Ford quiso contar con auténticos indios Cheyenne. Pero Hollywood, igual que prepotente como el hombre blanco del viejo oeste, le limitó a actores mexicanos de renombre como Gilbert Roland, Ricardo Montalbán y Dolores del Río. No tuvo muchas libertades en realización, aunque la película termina siendo genial. Hay un intermedio donde James Stewart y Arthur Kennedy interpretan a Wyatt Earp y Doc Holliday. Los glorificados héroes del tiroteo de O.K Corral son parodiados en las escenas más cómicas de la película. Earp (James Sterwart) encabeza una milicia de vaqueros de Dodge City para dar caza a los indios, pero se encuentran tan borrachos que apenas logran llegar a las afueras de la ciudad.
John Ford fue pionero pedir que los extras indios de sus películas tuvieran el mismo salario de los extras blancos. Entre estas y otras acciones, el pueblo indio llego a tenerle mucho afecto a Ford. Hoy en día una reserva india en Arizona lleva su nombre (1). Porque en Cheyenne Autumn muestra como ninguna lo hizo, el maltrato y la hipocresía de los blancos hacia los indios. Ford ya podría partir tranquilo del mundo, contando lo que en otros tiempos no le hubieran permitido decir en sus películas. Deja un legado, que aún hoy muchos realizadores le atribuyen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario o pedrada es bienvenida, siempre y cuando no se atrincheren en el anonimato o vayan al autobombo del SPAM. De ser así serán borrados.